¿Cómo calmare tus incendios de un fuego fatuo y frio de tus ojos?
Y no puedes esperar, no puedes resistir, lo que sea que te duela te atormenta,
Y es nuestro constante sonreír y odiar, que ya es rutina que se lamenta.
Pero siempre te quedas, dejando una invisible estela de tus letras,
Te supe amar, te aprendí amar así como fuera tu manera de ser
Y agitado porque mis maneras te desesperaban y mis ideas eran cenizas,
Que ahora te acompañan sin dejarte dormir, soñando un atardecer.
Ese donde tú y yo siempre solíamos disfrutar, caminando de la mano,
Abrazados, calientitos, calmados en nuestro propio llanto,
¿Cuanto más hemos de herirnos demasiado?, sin dejar tregua
A que el corazón deje de sufrir, y de desecarse en lágrimas de sal y agua.
Son mis suspiros que corren con el viento por las desilusiones de siempre
Pero vuelvo y vuelvo a creer, a tener una fe, que con cada día se pierde;
Intento olvidarte, olvidar tu rostro, tus labios y tu cara siendo acariciada
Por lo helado de mis manos y la ternura de mi mirada.
¿Recuerdas que siempre busque tu mirada, y siempre la encontraba?
Cuando solíamos reír despreocupados, venciendo todo lo malo en nuestras vidas
Y ahora la vida nos supero, el destino y los caminos que ahora nos separan;
Yo solo sé que amar de verdad, ya no dejan olvidar esas tardes encendidas.
Esas tardes de sueño, de labios tibios que dejaron ver tu luz más allá,
Por eso oyes canciones en tu carro, de tus listas que eran de ambos,
¿Quien me quitara la sensación de tus manos recorriendo mi estomago?
¿Quien borrara tus ojos claros y abiertos, cuando están llenos de dicha?
Y quiero darte un beso, y curar tu alma desde adentro y me recibas con una sonrisa
Que más calma me traes cuando eres feliz, cuando puedes contarme lo que sea
Y en medio de nuestra marea de cumplidos y competencia, algo se nos perdió;
Que el tiempo y la distancia no perdonen, que nos ayude la vida que nos juntó.
Escucha mi voz en tus sueños, que ahí es donde quiero residir
Siente mis labios pasando detrás de tu oído, mi boca mordiendo la tuya,
Dejemos de extrañarnos y elevémonos en un minuto eterno, ¡hay que vivir!,
No me dejes de abrazar en tus memorias, que yo volveré a ti junto a la luna.
Ahora me golpean las hojas de la estación recordándome tu brusco estado,
Me recordaban tus repentinos abrazos y me elevabas por sobre ti,
Dios mío que tiempo aquel en que me hiciste feliz
Por eso me alegro de que sean tan bellos los recuerdos.
Eras mi sol, me aliviabas, me dabas un calor infinito,
Quitabas la soledad de mi alma y me robabas mi aliento
Pero qué hermoso siempre es el reencuentro,
Siempre tan dulce instantáneo el momento.
Te amo, escucharías siempre de mí, pero son ratos vividos,
Son viejos, quedaron algo olvidados, entre nuestro deber y el servicio
Y ahora nada me permite volver, ni el deseo, ni el querer,
¿Qué puedo hacer?, sugiero continuar hasta que el mundo sea pequeño en parecer,
Y sin querer vagando en un rumbo, juntos nos veamos
Nos abrasemos y tras un breve momento recibas mis labios en un beso
El perfecto, el que nos hacía siempre revivir de nuestros hoyos,
Agitándonos en una brisa fugaz donde el tiempo siempre sería corto.
Que bellos son aquellos tiempos, en que todo era más y yo más
En que decir mi vida era un universo, en que decir mi cielo era pensarte,
Pero donde se ha quedado todo eso, en las punzantes mentiras
Perforando mis oídos, perforando mis ojos, perforando mi alma estresante.
Eras tan necesario para responderte, para pensarte, para sentirte a mi alrededor,
Y ya no estás, ya no estás, ese del pasado se ha perdido en un mar de lenguas,
Que lo han cambiado, inducido, drogado en ideas que no le pertenecen, y te hacen perdedor;
Era tu creciente miedo a perderme, y me perdiste porque ni yo misma se donde estoy.
Surges en mis noches calladas, recordándome cuanto me amabas,
Entonces en las lejanas memorias que revientan un dolor profundo
Y me decido siempre a continuar, buscando olvidar sin estar olvidando
Porque en cuanto digo que lo hare, te vuelvo a recordar.
Me imagino tendrás otros anhelos, otras historias, otras caricias
Donde te refugies para olvidar, yo solo tengo mi alma, mi piel y mi corazón,
Porque no sirve olvidarte, no sirve de nada imaginarme que no estas,
Porque nunca lo estás en real, por eso espero un milagro de algo eterno,
Que me libre de pensar que se puede seguir queriendo de manera normal
Sin sufrir, sin importar cuantos errores se hayan cometido
Pero es triste, es triste no saber de dónde sacarte, de donde tenerte para amar
Pero no importa si tú tienes tus cielos y mejores noches para escapar de mí preso.
A mí la ilusión se me ha ido por última vez, la última para no volver a soñar,
Para saber que seas feliz, que seas bueno, y no sufras nunca por amor
Que son suficientes las heridas de tu alma que marcan el adiós,
Ese que temes que diga, ese que odias y que buscas siempre remediar.
Han sido muy largos mis días, muy confusos, muy difusos y son toda lluvia
Por eso mis suspiros se le van el alma y mi creer en la esperanza
Y no puedo hablar con cordura mientras mi corazón quiera tomar el mando
No dejando que pueda hacer nada, no decir nada, y sentirme indefensa.
Pero recuerda que te ame, que te amo, y que no se podrá olvidar el luengo tiempo
Por algo sucede, necesitaría encontrar alguien tan igual que tú o mejor
Y no entiendo el sentido de recordar, ni del deseo del pasado de regresar
Pero todo se fue, y una noche me vi diciendo que no sentía nada.
Desde entonces no duermo por temor a soñarte,
Desde entonces no me atrevo a decir que algo quiero
Porque me recuerda que estas ahí diciéndolo
A alguna con la que quieras olvidarme en un tierno beso.
Y no lo consigues porque vuelves a escuchar las canciones en tu auto
Aquellos de nuestras tardes juntos durmiendo en tu cuarto,
Pero donde conseguiremos más tiempo, más alma para seguir amando
De donde encontraremos una persona que sea igual o mejor que ambos.
Me alumbras la sonrisa cuando sé que voy a verte,
Y quiero darte mi felicidad, mi cariño, para que te contagies también
Por eso he siempre he de ir a verte, para que seas feliz, y con tu boca roces
Mi hombro, mi cuello y mi cabello, que siempre ondeaba acariciado por tus manos de hombre.
Quiero que sepas que convertiste un año y medio vació, y que ahora extraño
Pero ahora solo la luna te cuida por mí desde lo alto,
Ahora el viento es el que te toca con su manto para llevarte mi voz
Para cantarte al oído lo que tanto tiempo seguí guardando.
Pude hacerte parte de mí, pude cambiarte para ser alguien feliz
Para continuar arduamente forjando un futuro prometedor,
Y tú mi prometido, mi esposo te llevaste mi amor,
Por eso queda esta huella imborrable de lo que fuiste para mí.
Se fue el tiempo, se fueron las sonrisas, y ahora eran números de teléfono
Eran mensajes, eran cartas escasas, y ninguna me decía nada,
Porque lo que valía era lo que decías en ese momento
Leyéndote el pensamiento, una mirada y a volar.
¿Quién me devolviera la alegría de abrazarte, de besarte y decirte esto?
Siempre procurando tu salud, tu bienestar, queriendo tu familia
Pero ahora lo triste es no saber si me estas mintiendo,
¿Quién me devuelve mis alas para confiar y creer?
No es que dude, nunca, no es que quiera perderte,
Porque entonces crece mi miedo si llegas a olvidarme,
Siempre vuelve si puedes, que estaré feliz de volverte a ver
Y por eso te canto en mis días para ver si llegas a escucharme.
Y crecemos y maduramos, amándonos en el instante perfecto,
Tu y yo, hablando, nuestros sarcasmos, y nuestras heridas
Y todo al final era un perdón y volver a estar mejor,
Recuérdame...
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