Destinatario

Estas son sólo notas de olvido, recibos injustificados, cartas de silencio y telegramas melancólicos que una mujer de vena negra escribió.

jueves, 30 de septiembre de 2010

Mi tiempo, tú tiempo


-Hola, usted no me conoce pero me resulta curioso verle aquí todos los días, mi nombre es Martín Ventanarosa, trabajo como fotógrafo de un periódico cerca de aquí, y pues noté que usted siempre se encuentra aquí todos los días, ¿podría hacerle compañía señor?


-Claro, las mañanas siempre gustan de charla, soy Rodrigo Guillen, y estoy jubilado.


-¿ Pedirá algo? yo le invito si contesta mi mayor duda.


-Creo que puedo respondérsela, y no habrá necesidad de que me invite.


-Siempre que lo he visto hace algunos meses desde que vengo aquí a San agustín usted espera sentado la mayor parte de la mañana leyendo, después una mujer entra y se sienta en el mismo lugar y del mismo lado de la ventana. Usted se levanta con el libro bajo su brazo, se acerca a ella, platica un poco, como yo he hecho con usted, y ella hace una señal para invitarlo a sentarse, todo en la misma forma desde los últimos meses, luego ella sonríe, se despide feliz y agraciada, y usted la ve partir. Admito me da mucha curiosidad.


-Dígame que hora es.


-Las 10:00 de la mañana.


-Bien, tengo tiempo.


Él muchacho se cruzó de brazos de manera tan atenta que sus ojos casi absorberían cada palabra del anciano.


-Cada mañana cerca de las 11:15 llega una mujer castaña de ojos verdes, se ve de 40 pero tiene cerca de 60 años, siempre prefirió sentarse de ese lado de la ventana porque así puede ver el jardín del parque contiguo, le encanta ver a los niños correr y jugar a estas horas, se sienta un momento y siempre el mismo mesero la atiende, yo me acerco, inicio la plática de mil maneras, siempre ganándome su confianza como para permitirme acompañarla, durante ese lapso que estoy con ella a veces me cuenta cosas diferentes, otras veces es su misma historia, pero nunca me canso de escucharla, le platico siempre de un libro diferente cada día y lo curioso es que al día siguiente siempre me cuenta sobre lo que yo le conté. Claro que... nunca menciona que yo lo hice. Estoy la mañana con ella hasta que se va a su casa a pintar en su caballete. Esta mujer que tengo el gusto de ver todos los días, es mi esposa. Hace años empezó a olvidar las cosas, hasta que un día despertó,  y desperté yo como un extraño en su lecho, no he querido causarle problemas desde entonces, por eso, todos los días la veo, platico con ella mil veces. No me canso nunca de oírla, nunca.


-¿Cuanto tiempo tiene viniendo aquí?


-Tres años.


-¡¡Tres años!! ¿¡Tres años haciendo lo mismo!?, ¿no le agota de verdad cada día esforzarse porque ella lo invite a sentarse y platicar de lo mismo? Ella nunca se niega, ni lo rechaza, ¿que hace para que esto haya durado tanto? Disculpe mi sobresalto señor pero me deja impactado.


-La veo cada día aunque ella no me reconozca porque la amo, cada día platico con ella, y ella me acepta porque aún siendo yo un extraño se que me ama.


-¿Como lo sabe?


-La conozco, ha sido un cortejo desde hace tres años.


Él muchacho se sorprendió de cuando valor podía darle una persona a otra, cuanto sería una persona capaz de esperar y soportar a lo largo del tiempo por alguien a quien verdaderamente ama; él sintiéndose normal, terminó sintiéndose aún muy joven e inmaduro para ser capaz de hacer lo que Rodrigo había hecho por su esposa.


Cuánto mas creemos que un cariño nace de conocerse, tal vez no sea del todo cierto. Finalmente una mujer entró, Rodrigo se despidió y pasó a emprender su jornada, Martín ahora que sabía la historia quiso inmortalizarlos en una fotografía para recordarle el valor de las cosas en su vida.

¿Quién iba a imaginar?


Sencillamente quien iba a imaginar.


Yo sentada en una silla frente a la mesa de una concurrida plaza ilusionándome con que aparecieras una vez más caminando tan rítmicamente como emprendedor de viajes.


Aquella tarde fue un delirio de medio día, bajé las escaleras de la gran biblioteca y al voltear ahí estabas, mi temor me hizo salir corriendo de allí hasta que al voltear me di cuenta que me confundí. Yo estaba sentada más tarde en la esquina de siempre, arreglada aunque fuera lunes, no tenía ningún plan, nadie lo tiene desde Agosto pero ahí de vez en cuando solemos vernos demasiado relajados. Tenía francamente la plena ilusión de verte pero cada vez que mi mente lo desea y apareces me da pavor, no sé porque, nunca eres tú. Y platicaríamos mil cosas tomando un café en la plaza, comiendo algo en el parque, cantando con la guitarra bajo los árboles pero todo lo dicho es lo que encubre cosas más importantes para decir o para preguntar. Hoy esperé en vano, mis ojos no pararon de mirar y mirar en los recovecos más lejanos de mis ideas, estaba buscando una luz que me partiera en mil dentro de estos huecos, buscando mi luz cada día en el cielo. Pero yo sé, mi instinto no sabe de amores...


Finalmente levantándome de la silla de piedra, no noté nunca la única carta que valía la pena entregarte, la tiré por accidente y me dí cuenta cuando llegué a casa. Todo ese día falló. Al día siguiente despierto, hago mi desayuno en pantuflas y camisa, después del café reparador de actividad droga anti-sueño, salí para ver el amanecer y justo en mi puerta, el sobre que nunca te entregué.


Nunca lo imaginé.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

La casa ha empezado a derrumbarse


Cada día por esas cúspides volteo al cielo, para hacerme feliz con la belleza, para recordar, para despertar.


En estos días nada de lo que solía ser es igual, yo no me reconozco cada mañana en el espejo, siempre es alguien diferente, ajeno a mí, quisiera poder verme cual soy.


Me he querido enclaustrar en mi casa, sin nadie, un silencio de Verano en Invierno, arroparme con suéteres porque de abrazos no quiero disponer sin sentir que bajo la guardia. Me he quedado dormida como ningún otro día, llegando cerré tras de mí la puerta, el sillón parecía convalecer para sostener mi cuerpo cayendo, dormí horas, me levanté solo para cocinar, un aire de estofado impregnó la casa, se difundió a los rincones más lejanos para invitar a otros a acompañarme, la soledad me sentaba bien, leía libros por montones, siempre escribía pero cuando quería publicar algo solo una pequeña parte la daba a conocer, nunca pude escribir sin revelar demasiado de mí, más a eso le agregaba un cuadro de ociosos ratos, una fotografía espontánea, un pensamiento breve y más largo en profundidad. 


Estaba ahí, mi copa de Chardonnay, un viejo cuaderno y mi atención dispersa. Me encanta reír de repente, arrojar cosas y oírlas romperse, me encanta quemar malas memorias sentir el calor de la llama, amo la lluvia caer por mi ventana y escucharla golpeando y salpicando.


Desde el día que lo conocí, todo esto y cualquier momento es así.


Nadie puede quitarme el gusto infinito de ducharme con música clásica, de llorar bajo mi almohada, de distraer mi mente voltear a un punto indefinido y perderme.


Hace tiempo me enfurecí pero siempre he vuelto a hacer esto. Por eso cada vez que volteo al cielo, espero que cuando descienda la mirada estés ahí para encontrarla, pero me da miedo. De verte me da miedo no saber que decir, que hacer o como reaccionar. Solo espero que mis funciones motoras no rebasen mi razón para no salir corriendo.


¿Se han distorsionado las imágenes, o no sé como reconocerme ante mi propio reflejo? el dia que me veas, o te vea, espero no será con miedo, será con mi convicción. Así inicié hoy queriendo recuperar lo que me hacía ser yo.

Hablar...



Estuvimos de nuevo ahí, simplemente tranquilos, sentados, ella evitando su mirada, sabía que no quería causarle ninguna señal distinta, no quería sentirse apiadada de su mirada.

Prácticamente sentados bajo la sombrilla, unos arbustos hacían un cubículo secreto, algunas telarañas resaltaban del rocío, y él la miraba buscando que sus ojos coincidieran en el mismo canal de comunicación:

Él: Te amo.
Ella: No deberías amarme.
Él: ¿Por qué dices que no debo amarte?
Ella: No puedo explicarlo, algo me impide vivir de lleno lo que siento, y quisiera creer que es mi pasado, pero eso no es cierto.
Él: ¿De qué tienes miedo?
Ella: Qué de tenerte y perderte, jamás pueda volver a tener algo tan bueno, que ni siquiera como amigos quedemos bien.

Se quedo callada, no quiso voltear a verlo.
Él: es miedo.
Ella: Nada me asegura que durará, que estaremos bien, que será más que un rato, que no puede terminar mal.
Él: No se trata de que evalúes si algo puede durar mucho o poco, si va a ser mejor o peor, solo te abres a esto. Solo lo haces no por lo malo que pueda llegar a pasar, no sabes lo bueno que puede ocurrir.

Ella sonrió, nuevamente recostó su cabeza y siguió descansando entre sus brazos, siempre que ella se dormía acariciaba su cabello, ella siempre hablaba quedo sobre ideas que volaban en su mente, a veces sentía la infinita necesidad de amarlo, de besarle y siempre se detenía, por eso no lo veía, al mirarlo directamente sabía que no podría evitar hacer de su sueño una realidad. No quería que la realidad echara por la borda la posibilidad del sueño, sin embargo si ella no intentaba se perdería de hacerlo algo real.

La tarde avanzó, una ligera lluvia pluvial endulzó el momento, rayos y truenos dieron el giro perfecto, ella durmió soñando con él, y él deseando en la realidad la manera de estar con ella siempre.

sábado, 18 de septiembre de 2010

La Rueda de la Fortuna


Veras que quería creer en la fortuna y me paso que ya no esta más.
Entenderás que en mi pasado conocí glorias sin iguales
y hoy me abrazan las penurias y los fantasmas.
Hoy los oscuros bultos han hablado a los Nahuales
que sobre mi futuro ya no quedan esperanzas.

Quise ver esto con la solemnidad que acompaña a los héroes
pero soy tan común que sola no puedo vencerlos
y puedo permanecer en pie a horas de laudes
sin embargo son solo fierro retorcido.

Creí que serías diferente, que me buscabas por ser yo
pero solo buscabas consuelo y amor
yo no soy solo eso, esa no soy yo
por eso te pido no me busques por favor.

Al pensar que te veo en donde sea es una tortura
porque me alza, me ilusiona y me crea amargura
saber que tu corazón no fue mío, y nunca lo será
por eso te pido que de mi vida partas ya.

Me duele saber que siento esto por ti
y no poder crear remedio certero cual doctora
pero solo yo sé que este fue el que a mi corazón enamora
por eso quiero solo saberte tranquilo y feliz.

Solo de esa manera, haga de mí lo que quiera la fortuna
por lo menos conseguí que tu fueras feliz.
Te amo eso yo lo sé, que si alguien dice algo mas no me importa
que si alguien ve algo diferente no me interesa.

La verdad, solo esa verdad yo la sé...

martes, 14 de septiembre de 2010

Diseccionando un Corazón


Segmento a segmento, pedazo a pedazo,
ya corren con el viento cada oscuro paso,
en cada afilada peña rompen en sollozo,
un pequeño recuerdo lejano y tortuoso.

En el cielo ya no cantan las aves
todo se halla perdido sin remedio,
a lo lejos un temblor potente de silencio
corrompió la sinfonía dejando caudales.

Y resuena el temblor de un latido perdido,
allende a eso pareció venir de adentro
¿qué es esto? ¿por qué para mí tiene sentido?
es un diferente abismo, es muy diferente lamento.

La noche cubrió mi desaparición del otro día
todo iba mal, todo era ataque y soberana tristeza,
y me alejé, escapé en la nocturna fuga con alegría
de saber que a este lugar yo ya no volvería

Y fui abandonada, nadie se dio cuenta de mi huida
pase la noche cantando, la noche caminando casi dormida,
buscando en teatros, en supermercados un refugio de perdida
pero todo estaba cerrado y todos íbamos para otras salidas.

Nuevamente estuve sola, y el aire rodeo de pasado este delirio
me envolvió la cruzada de viejos fantasmas ruidosos
gritándome al oído: ¨tienes que remediarlo¨
y lo intenté, lo hablé, y todo pareció perderse en lo lejano.

Ninguna palabra sirvió, ningún grito de ayuda me mejoro
pero ahora es diferente, se trata de la preservación
para otros fines, para otros motivos, para otra intención
con eso volví al presente, volví a un presente de otro.

Esta ya no es mi zona, no es mi lugar ni mi rumbo
Y no pretendo que otros acudan aquí.
Yo sé que si ocupé otra energía algo de eso se queda en mí
por eso no me atrevo a modificar mas de lo que supongo.

Cada segmento cortado de este órgano de horror
fueron una vista al pasado, al presente y a la ilusión
y al descubrir la verdadera biopsia y hacer la observación
descubrí lo que quería, y aquello que no.

Si camino así me topo con el daño,
si me retorno vuelvo a las noches de espanto,
si se me ocurre desviarme me persigue el desencanto,
y si decido hacer mis propias vías
he aquí la amargura de las noches y los días.

Diseccionando un Corazón descubrí
que el que estaba en la mesa solía ser para tí...

La Verdad



Enunciarme tres verdades que sean dignas de mi pensar
se han vuelto mas relativas de lo que pude imaginar
y viéndome dolida para hacer a otros el mal
el mal nadie lo tuvo, todo a mí fue a parar.

Enunciame tus verdades oh gran epitafio de tormento
¿por qué hasta estas alturas me diste el aliento,
por qué sabiendo que en catástrofe iba terminar?
debí poner esto acabado porque a este corazón lo iba consumar.

Preferí por mil creer que esto que decías era real
no era real, no por ofender, era tu necesidad
mas que sentir algo, no sentiste nada nunca
sabes bien que esto era para remediar una vida rota.

Quise pensar que eras sincero sin darme cuenta de todo el mal hecho
pero te dí mi confianza y ahora la traición desgarra cualquier esperanza
mal por ti, mal por mí, esto no debió pasar, ¿a dónde paramos a descansar?

La Verdad surgió así, tras un amanecer fatídico un mal rojo vino a mí,
y pensé: Esto no es nada, al rato algo se me puede ocurrir.
No sucedió así, de pronto en instantes, rodeada de conocedores
tuve un espacio corto para exponer todas mis aflicciones.

Mis aflicciones fueron creer que no era mi camino correcto
pero no podía retractarme hasta que reuniera el valor concreto
y quise animarme reuniendo cada premisa para aceptar hacerlo
pero nada era suficiente para dejar al esperanzado ciego.

Corrí a la soledad, a los oscuros rincones de un duelo
el duelo existencial que suprime horas felices y fantasías
era la hora de saber si me atrevería hacerlo
pero el dolor llegó, tan definitivo, tan punzante en demasía.

Y creció, y creció y fue peor con las horas y los minutos que corrían,
me di cuenta que esto no se detendría, había algo que hacer,
caminé como pude entre nauseabundos desatinos que surgían
y al final en mi unidad me vinieron a socorrer.

Finalmente encontrada la cura, solo restaba esperar y que el dolor desapareciera
y me acosté en mi lugar cuidada por ojos llorosos, un alma maligna, y un buen conocer,
conocer de lágrimas vacías, de corazones llenos de ira y aun así haciendo el bien
pasaron las horas y aquella medicina vino a traer mi trampa traicionera.

Una trampa para la verdad, una trampa para emprender
comprendiendo desde puntos equivocados yo lo sé
la respuesta estaba ante mis manos diciéndome: lo voy a hacer
así en medio de un agua del cielo vergel, cayendo a merced.

A merced de todos, corriendo para esquivar las balas
ninguna de ellas pudo tocarme ese día, ninguna lo hizo
Aunque el cielo tronara y en sus adentros gritara con ganas
ya es hora de que vayas y cumplas tu deber.

Y cuidada por todos, aun contra corriente de muchos lo hice
si fui y cumplí con mi deber, todo fue sangre y desastre correr
lágrimas, llanto y alaridos cubrieron mis oídos de mujer
pero me di cuenta del error que no pude comprender.

Era mi dolor al escuchar el sufrir de miles de fragmentos
que yo acabé por destrozar, que yo acabé por detonar en él
dije toda la verdad, y la dije para un bien
ya no por nadie, ni por mí, ni por él.

Acabada la tarde de tanto caos y griterío
la calma llegó después de la tormenta con un mal sabor,
el cual me puso a temblar y mi fuerza debilitó
morí dentro de mis sabanas, es donde permanezco yo.

Por que el lucero se ha apagado, cuando tanta gloria conoció
Hoy sus ojos se apagan y su alma se extinguió
quedan solo dolorosos recuerdos y un mal venir por delante
pero estaré aquí para todo aquel que quiera avante
seguir su sendero de felicidad latente.

Para preservar lo que todos han comenzado a destruir,
para ver vivir y dejar de hacerlo por mí
ya no es lo que deseo, lo que necesito ni lo que me hace feliz,
para eso tengo mi soledad y mi porvenir.

Atrapo por vena un mentiroso, un mártir y un sabio
pero ninguno posee la verdad absoluta,
son el conjunto de una mentira, la verdad relativa
lo que la conforman en mi corazón y las brotan de mi labio

Y no puedo curar mas que lo que no es mío
y puedo sanar cualquier cosa que aflija
pero no puedo recuperar lo que con decir parecía
iba a solucionar de aquí en adelante mi vida.

Quiero creer que con pasar el tiempo todo cambie
pero crece y crece este monstruo que desaté
y me consumirá por completo, por mis errores
y por todo lo que creí conocer.

Así escribo estas tristes notas, de laudes los días
así yace la rosa, la musa y la arrepentida
que no conoció sincero nada
que no pudo guardar para si misma si no melancolía.

Este día llegaría algún día, y así fue
pero tan desarmada cual villa y tan loca cual Quijote,
he matado a dulcinea y hecho toda esperanza a flote
un compendio de poemas para quemar.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

El poema más hermoso


Queridos tus ojos que son el poema más hermoso,
deliciosos tus labios que pruebo con antojo
y recordarte me deleita y me sonrojo
al igual que me hiere el corazón de llanto brumoso.

Poder pedir más horas al día y más días al año;
me hacen querer pedirle al tiempo tu mano,
tu mano cálida, fuerte y rasposa,
donde mis dos suaves manos reposan.

Aquellos tiempos eran el poema más hermoso
reía, pensaba y amaba con sin igual gozo
pero, el tiempo no perdona y las personas tampoco,
juzgarme cruel o con dulzura importa muy poco.

Ya no puedo pretender sonrisas discretas
ni miradas escondidas,
no hay mas pláticas espontáneas
que todo el día durarían.

Que importaba que decir, nada estaba planeado,
pensar si fue verdad o mentira es innecesario;
el corazón sabe muy bien dentro de sí, cual sabio,
que el poema más hermoso eres tú, tus ojos y tus labios.

Y se ve el horizonte con su comisura bondadosa
que ya no conoce limites en los que se adosa,
hacen de tu mirada severa la coma dudosa
que desacomoda anaqueles en tu jardín de rosas.

Mas cómo entenderás, mas cómo entenderé
que haga el destino lo que quiera, yo siempre te querré
siendo tú en protesta, iluminado, enamorado como sabes ser,
que hagas o decidas lo que sea, mi corazón siempre te va a tener.

Hagamos brindis por la vida, el amor y el saber,
que la vida sin amor no conoce dicha,
que el amor sin saber pronto se acaba,
que el saber y el amor sin vida no son nada.

Alguna vez lo dije: La filosofía esta
en amar el saber
y el saber amar
el dogma necesario para la vida misma.

De otra manera la noche siempre es distinta,
la catarsis del amor a la especie humana
la tiene extinta o la vuelve a la vida,
el futuro nunca es el presente que habitas.

Esperaría mucho; poco o nada, que es mentira.
porque la verdad es que lo haría mucho aún sin nada,
pero no hay más remedio, yo no veo más remedio,
si por tiempo hablo siempre puedo esperar
pero, si del corazón promulgo ese siempre va a cambiar.

Querer demasiado y luego no haber querido nada es desigual,
o de verdad amas o jamas, nunca lo harás,
por eso yo pido que si en tu pecho sembré la semilla
no la dejes morir, hazla crecer y florecerá.

La verdad, el amor y la mentira
sean relativas o por más absolutas,
todas lanzadas al alma
la hieren y su corazón ejecutan.

Fuera de todo eso siempre queda lo más bello,
al morir es lo último que recordarás;
por eso al pensar en ti, el poema más hermoso,
son todos los momentos que contigo viví
que tengo de amar, de verdadero y de real.

Así son dos amores, el poema mas hermoso,
así es la rosa, la mirada y el beso en el rostro,
así tengo por memoria, tú el poema mas hermoso
alguien que con el tiempo amé y dejó una lágrima
el destino quejoso.

Ni en el agua, ni en el viento, ni en los pinceles de septiembre,
que colorean mis tardes y los días con malva radiante,
me permiten de mis recuerdos olvidarte
ni el porque y para qué de conocerte.

...Él poema más hermoso...

lunes, 6 de septiembre de 2010

Soñar con Enebro



Los miedos mas inusuales bajo el Argentum de Otoño
salpicaban implacables el sudor de un sueño,
tan húmedos y helados surcan la noche en desvelo
el bruno cabello de una joven de encantos.

Su blanca filipina de sangre se ha moteado,
la esquizofrenia a mecido su mente al engaño;
un terror impensable en la noche rompe el silencio,
quiebra realidades y las fantasías las vuelve tormento.

Estando ella acostada se le ha trepado un muerto,
una raíz olvidada durante los años del tiempo.
Desesperada muerde sus uñas y jala su pelo,
el horror a socorrido a quitarle el aliento.

La noche es lenta, no hay ruido al momento,
voltea a la buhardilla, observa el firmamento;
la mantendrá con vida hasta el escarmiento,
somnolienta se ha quedado, un subconsciente esparcimiento.

La horas avanzan y de un susto ha despertado,
nuevamente aquel sueño de una voz susurrando;
observando su cuarto, mas solo ella dormitando,
¿qué ha pasado?, no estoy en mi cuerpo, estoy flotando.

Un sonido ahogado al fondo se ha escuchado,
en la recóndita esquina, ha respondido a su sobresalto.
Una sombra informe de oscuro desencanto
la llena de pánico, ¿a qué me estoy enfrentado?

La figura oscura sobre la recámara avanzando;
unas blancas manos asoman de una cara en quebranto,
la mujer dormida sola en su habitación rompe en llanto,
el espectro la jala de sus cabellos, se la lleva arrastrando.

¡Una noche más, dormí, y ahora me están llevando!,
gritaba fúrica y desesperada, piedad pedía sollozando
¨ déjame maldito engendro de gótico garbo¨
el fantasma ni respondía, ni volteaba seguía su paso.

Finalmente la soltó, azotándola al suelo la golpeó,
perdió sus fuerzas en cuanto sintió el tizón de su mano,
el Espíritu desde lo alto, orgulloso malvado, la estaba mirando
¨cada noche vendré por ti, abriré tu mente¨, pronunció.

¨Es un sueño¨ musitaba desde el cuello, el sonido dificultado,
miró sus manos, su uniforme bermellón de sangre se había llenado,
sorprendida, impactada de su condición se estaba cuestionando
¨Cualquier crimen acaecido, cualquier asesinato realizado,
no tengo condición para poder recordarlo¨

Aquella negra alma del estante un libro había sacado
¨observa en este libro tu pecado cometido¨
trémulas marfileñas manos tomaron el libro con desagrado,
intentó buscar los ojos de la enigmática figura preguntando.

¨¿ Qué ser me visitaría para poner en claro el delito olvidado?
abrió de par en par las hojas, esperando no encontrarlo,
pero ahí estaban las viejas cenizas de un diario perdido.

Una confesión hecha hace muchos siglos,
recordó sus ojos extraviados y sus sentidos idos,
la boca hecha amarga de una risa cetrina
acentuaba su demencia y sumamente abandonada.

¨No entiendo que sucede, ¿ por qué no recuerdo nada?
¿hice yo esto?, he desterrado mi alma a la desgracia.
Se acordó de su vida, una mujer de Ceuta originaria,
Ciudad Española del Norte de Marruecos ahora encontrada.

Todo su pasado, las cosas en su vida eran enigmáticas,
ahora sus años volvían, la memoria recordaba.
¨Hace tantos años que perdí, en la confusión inundada,
la voz de un cicerón que en aquellos tiempos me endulzaba¨.

Los días pasaban y en las noches furtivas escapaban,
su cabello suave, largo por los dedos pasaban,
sus ojos brillantes y su boca cual rosa la besaba,
eran felices, tan tiernos lo rememoraba.

Pero una expresión de dolor cruzó la morada,
un día, en un cimbre, a la exposición estaban invitados,
disfrutaban contentos del arte, cortejo de los sabios,
cuando el disparo de una bala la vida le había quitado.

El cayó desvanecido y alrededor de él se expandió un charco cinabrio;
sin conocer la razón de su asesino, lo enterró bajo el cipariso
sin guerra, sin gloria en la fosa fue depositado,
ella apareció en ese instante frente a el viejo Cipo.

Mandado construir en su dolorosa memoria
con las rodillas en la tierra, la cara dirigida a la pilastra erigida,
se desmayó en desconsuelo del ancestral amado.
Despertó de su viaje pero, queriendo soñar con recelo.

Se levantó de su cama y corrió caminos hasta su destino,
al llegar a ese Cipo, rogó el perdón y dio el juramento
¨Encontrare al asesino, al infeliz gusano lo sacaré del averno;
a todo aquel que en cobardía te haya querido matar,
lo encontraré y tendrá el mismo final¨.