Hay un viaje

El viaje siempre se hace prematuramente, siempre lo he sentido prematuro con respecto al destino, la carretera vacía, sin los quejidos de las almas que vagan en la oscuridad de los desiertos, todo es tan tranquilo, tan callado, aún silencioso y calmado por la lejana musica de tony braxton en la radio, estoy en el asiento del copiloto, y a mi lado un ser inexplicable, afable y cariñoso y todo un misterio, no me detengo a verlo, me gusta más sentir que esta a mi lado, así puedo ver las estrellas que la noche sin polución ni luz ofrece, mi cuello se siente dolorido, torcido simplemente de observar el mapa estelar y la dicha del polvo cosmico danzante entre las supernovas, no lo diría más, es la noche perfecta, viéndolo a él, tan concentrado en el camino, perdiendo de vista mis miradas escurridizas, como siempre ha sucedido, concentrado en un fin y perdiendo por completo lo que sucede paso a paso, pienso que no lo sabe, o lo sabe y no lo hemos dicho, por lo pronto sigo mirando alrededor, varios conductores ya nos han arrebasado, lo bueno de él, no va a las prisas, pero los demás conductores vienen sumergidos en el sueño, yo atenta, perceptiva, en la verdadera realidad, y ellos viendo imagenes alucinatorias de su pasado, viendo el correr de años para caminar hacia un solo devenir, vienen sumergidos en sus pensamientos, como los autómatas que somos, encerrados en nuestra realidad dejando de lado las alternas tal vez más abiertas, no creo que lleguemos y espero que no, el tiempo juntos así es nuestro, una sola realidad, el camino es grato y los sentimientos son los adecuados, los esperados y recién descubiertos como el mejor tesoro, el de la correspondencia...