La sarna se me ha expandido a todo el cuerpo,
carboniza las buenas sonrisas en bostezos,
resbala con las buenas venturas en lento
recuerdo de las cosas, es un deceso.
Se me tiñen de frío los delgados dedos,
se oscurecen las pupilas y enardecen en recelo,
excesivo es el imperio de lo imperdonable,
desastrosa es la comunidad del invierno.
El aire se torna agrío en mis pulmones,
se sofoca de un humo sin salida,
se retuercen de lágrimas las hojas,
y afuera los nubarrones hacen su entierro.
Me perdí de las buenas alegrías a destiempo,
dejé de vivir antes de siquiera hacerlo,
descumplo todos los años como siempre
y me parece invencible el remordimiento.
¿Dónde se han ido los buenos sueños,
en dónde quedó el descanso eterno?
¿A dónde se remiten los miedos?
¿Qué infusión quita los remordimientos?
Tú letrita me marea poquito ;S
ResponderEliminarA propósito que yo creo que todo eso está en uno mismo. Nunca se ha ido realmente.
Eso es lo lamentable Martha, nunca se va..
EliminarQue sentimiento mi querida Ceci!
ResponderEliminarUn beso.
Besos y saludos.
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