¨Si el tiempo cura y borra todo, tengo miedo que al curarme tenga que borrarme a mí¨ Tomé mis cabellos, me encontraba completamente sola, mis desesperación crecía y yo solo tenía miedo de mis manos y de todo lo que tocan, lo que me hacía reír ya se ha muerto mientras sigo atada al vacío de unos ojos que nunca me han dicho nada, tengo miedo de mis manos sobre todo cuando tocan otra piel y más cuando tocan mi piel... no podía dormir y la desesperación crecía dentro de estas 4 paredes... estoy con alguien ausente y a quién yo amaba ya murío, como volver... como hacerlo volver.
Caminaba como león enjaulado, mientras el cuervo de la infelicidad se comía mis entrañas y mi corazón, y el viento soplaba más fuerte como queriéndose robar mi voz, ya nada me quedaba, la noche y toda la oscuridad me atenazaban en esta desesperanza, me controle un poco y me senté en la esquina de la habitación.
- Este corazón no puede más, este cuerpo es un río que se va secando, estos besos se volverán de agua, ¿estos ojos a donde se iran? se ha desatado una lluvía en mí no podré volver a reír desde que cada día será una agonía al pensar en ti.
Mi desesperación crecío y tomé una decisión, los momentos que yo califico como terribles son aquellos en los que el miedo, la nostalgia y la ira se conjugan para realizar una acción, un frío terrible se apodera de ti en el momento en que tomás el filo de una navaja, te detienes a recapacitar pero no hay razones que puedan devolverte el trozito de felicidad, el aire se impregna de pesadez luego... respiras hondo y un agujero se hace en medio de tus pulmones y... solo tomas la decisión... así la tomé en ese momento para ir a buscar a mi amado.
¨Me fui porque te extrañaba, para volver a verte de nuevo, ya no creo que nada pueda devolverme la vida¨
Mientras despertaba y recobraba todo signo de conciencia cada vez sentía más que el frío y el adormecimiento se apoderaban de mis piernas y mis brazos, cada vez mi voz se ahogaba dentro de mí y empecé a buscarte... todo era extraño, como cuando sabes que estas durmiendo pero en el sueño tu te ves y te sientes a ti mismo como si fuera real...
Caminé un poco empecé a razonar que fuera un sueño porque cada vez que he viajado en ellos las nociones de día y de noche se desvanecen... solo hay luces, solo hay sombras... traté de imaginar que no había muerto que era un sueño y así seguí caminando entre todos aquellos desconocidos.
- Hernán... - susurré esperando no atraer malos sueños, pero solo escuché un eco que se acrecentaba en la lejanía entonces frente a mí encontré un espejo, no era muy grande, apenas el tamaño de un humano, un espejo con un marco polvoriento y con detalles ricos y variados, me acerqué un poco más y lo ví ahí, un humo que salía del espejo.
¨¿Lo cruzaré? tengo miedo de caer y tengo miedo de no poder regresar pero no puedo quedarme aquí en el vacío de la nada, te busco, estoy cansada de pensarte tanto, de sentirte tanto y tanto siento que necesito buscarte, escúchame porque quisiera oirte, verte y hablarte, no habrá nadie más a quien yo pueda amarle, aunque sea dejáme ver tu sombra, dejáme verte, no puedo vivir así, todo huele y se siente como tú, y mi carne, mis ojos y mis cabellos te buscan, y mis sabanas son dunas austeras en el desierto de mi cama, escuchame en mi ruego porque no puedo seguir con esto, me cansé de instalarme contra el tiempo, de quejarme del olvido, y que solo quede de ti algunas cartas, una flor y una imagen vaga con tu voz grabada en ella, con tu sonrisa perdida en todo el cosmos¨ dí un paso hacia adelante frente al espejo mientras me dejaba absorber por él y mientras me desintegraba mis labios se entreabrieron para dejar paso a las palabras ¨Sin ti ya no podré regresar al cuerpo donde habité toda mi vida, permiteme viajar contigo¨
Una luz estridente cegó mis ojos, de ahí mi desorientación se hizo evidente cuando caía al piso, lo mismo, ninguna noción de día o noche pero varías habitaciones se mostraban ante mi al largo pasillo que desfilaba en esta película muda y gris. ¨Ya no me destruyas, dejáme encontrarte y morir en paz¨
Caminé un poco cuando un ser atraveso el pasillo de lado a lado acercándose a mí, era extraño me hablaba sin mover sus labios y yo podía contestarle desde donde estaba pero cada vez que quería hablar todo sonido se desvanecía, entonces respondí con el pensamiento.
- ¿Quién eres?
- Soy lo que tu llamas Sueño - ¿ese hombre estaría jugando conmigo?
- ¿Quién eres?
- Ya no estas en tu jaula Paula
- No entiendo
- Acabas de abandonar la caja de tu vida
- ¿Quieres decir que morí?
- No, Paula aún no mueres pero estas atrapada en este desierto
- ¿Que es este lugar?
- Es un lugar entre los sueños y el lugar donde residen los muertos, existe una línea entre ellos y es aquél espejo que tu atravesaste, en este momento estas en el lugar que todo muerto revive antes de pasar a la otra vida y mi deber es llevarte a través de ellos.
- ¿Por qué debería revivir todo esto si no he muerto?
- No puedes volver por donde viniste, pero es mi deber guiarte a que encuentres un lugar donde perteneces.
- ¿Cómo sé que no eres una especie de demonio?
- No soy un demonio, los vivos me llaman conciencia pero no soy eso, yo me encuentro entre la conciencia y la subconciencia, soy una guía entre los sueños y un guía que separa el mundo de los muertos y los vivos, ellos me heredan la sabiduría que pasa a los oídos de los vivos; generalmente cuando soñabas yo estaba ahí pero nunca me viste, siempre pensaste que nada te acechaba en sueños Paula y la realidad es que somos muchos los que acechamos y cuidamos a viajeros como tú dentro de este recorrido. Ven Paula acompañame.
- No quiero hacerlo, vete de aquí - No deje que se me acercara esa ánima, me encerre en la habitación de la que había salido sin saber que ahí me acecharían otros miedos.
Duré un momento ahí, mi desesperación crecía por despertar pero nada de lo que hacia me permitía hacerlo, entonces lo noté un figura salía del espejo, no distinguía muy bien que ella porque de hecho no tenía forma, era extralo y se acercaba a mí con suma velocidad y violencia, en cuanto vi sus intenciones no pude evitar gritar, esta figura despedía un olor extraño y estaba dispuesta a atacarme, la vi sacando unas garras enormes y no parecía tener una cabeza, abrí la puerta nuevamente para salir al pasillo de donde anteriormente me había aislado. Cerré la puerta y no oí nada más, entonces estaba ahí, ¨Sueño¨
- Veo que ya te has encontrado con tu indecisión.
- Esa cosa, ¡¿cómo puedes llamarle indecisión si estaba decisa y precisa a matarme?!
- La bestia que tu viste salir del espejo no es otra que el cúmulo de las decisiones que nunca fueron tomadas, cosas que las dejaste debido a tu indecisión, este moustro se alimenta de las oportunidades de ser feliz o desdichada, se alimenta de tus dudas y tus peores desacuerdos, lo que esta en esa habitación no es más que el paso que nunca diste - Lo miré sorprendida de las cosas que empezaba a revelarme - las ocasiones en que has sentido que has dejado de ser tú, son las veces que este animal se ha apoderado de tu mente y de tu cuerpo, cuando te has cansado de ser tú... solo has alimentado a un moustro - desde la puerta se oían los golpes furiosos de la bestia.
- ¿Por qué no rompe la puerta o se va?
- No ha tomado la decisión de irte a perseguir como sabe que tampoco puede dejar de buscarte.
- Esto no parece cierto - dije con la voz entrecortada
- ¿Quieres avanzar? - no me quedaba otra, esta fue mi decisión.
Caminé por el pasillo, sentía que caminaba kilometros y el tiempo se iba lento pero la realidad se veía diferente, todo parecía cerca y llevado por la inercia. Pronto tocó la primer puerta a nuestra derecha, y esta se abrió sola después volteándose hacía mí tocó mi barbilla y alzando la mano me dió una bofetada, yo no sentí nada solo como una especie de velocidad del viento, algo dentro de mí apagaba mis sentidos entonces el sonrió.
- ¿Sabes por qué te he golpeado? - moví mi cabeza en señal de negación - te golpeé para que te enojaras y no lo hiciste, esa es buena señal, solo así podríamos pasar por este cuarto.
- ¿Qué tiene este cuarto?
- La ira que has contenido en tú corazón viene a residir aquí, todo enojo y celos apagados vienen a dar al único sitio de donde jamás podrán ser liberados, sitios donde nunca resolveran sus conflictos por eso se hacen daño a sí mismos.
- ¿Irás junto conmigo?
- Ire a tu lado pero no puedo hacer nada por ti si te detienes y decides regresar, no puedo interferir nada en ti, ni en tus sueños, ni en tus pensamientos, nada que pertenezca a ti me pertenece como para modificarlo y nada de lo que hay aquí puede modificarte, pero lo que si puede hacer es perderte en la oscuridad de la derrota, si pierdes el camino, ni yo podría encontrarte si no sabes donde estas tú.
Cruzé poco a poco, enfrente una playa se desplegaba a mis ojos, el cielo no era un cielo normal solo había vacío infinito en él, caminé un poco más y veía como se dibujaban huellas en la arena incluso antes de marcar las mías, era extraño pero las seguí, en ese momento un hombre de traje apareció con ese semblante altanero y orgulloso, las luces que eran palidas se encendieron y la habitación empezó a arder aún con el agua y la arena en la playa, pronto este hombre que sostenía un espejo empezó a embestirse con el, le gritaba blasfemias que poco podía entender, y cada vez más y más golpeaba el espejo tratando de hacerle daño como de lugar pero cada vez que lo hacía una herida se marcaba en él, Sueño me indicó que me acercara al hombre de traje.
- No lo hagas - dije una voz miedosa y queda, después me acerqué un poco más y elevando mi voz repetí nuevamente - Basta deja de hacerlo.
El hombre se detuvo y me miro, sus ojos estaban rojos y encendidos y ahora se dirigía a mí con los puños cerrados, dirigiéndose a mí para hacerme daño, trate de escudarme tras mi guía pero este se desvaneció, entonces recordé lo que dijo, por lo que me acerqué y trate de hacerle frente a este ser, pronto corrió hacia mí y me empujo por los aires, yo que había cruzado mis brazos para protegerme caí de espaldas en la arena, su golpe me había dolido tanto a la hora de estrellarme, ¿por qué me dolía?, nuevamente me levanté y este ser pareció regocijarse al hacerme daño por lo que con sus manos empezó a arañarme, no podía defenderme y sus ataques eran cada vez más sadicos, me tomó por el cabello y me arrastro hacía el espejo que antes estaba golpeando y con sus manos grandes y fuertes empezó a estrangularme.
- Basta - decía ahogada e inutilmente - mi guía pronto apareció y mientras estiraba mi mano para recibir su ayuda el solo se limito a decir.
- No puedes combatir tu propia ira, si no dejas de hacerte daño y de estar tan enojada contigo misma, este demonio te consumirá...
Todo se ponía borroso, moriría y sin haberle visto a él, entonces con una voz delgada dije
- Puedo cegarme, perderme, cansarme y dejar todo guardado pero estoy cansada de hacerme daño...- entre un jadeo y otro me acercó a su oído - No puedes acabar conmigo... no puedo hacerme de la furia una bandera, pero no quiero que acabe mi vida sin poder luchar... sacar todo lo que dentro llevo y callar esa voz que se extingue dentro de mi... yo quiero vivir y dejar de lado todo rencor, comprendo cuanto daño y cuanto ha crecido todo este dolor... pero no puedes negarme la oportunidad de sanar...
El hombre me soltó y se detuvo ante mí, fue tan extraño pero todo lo que le había dicho no pareció entenderlo, pareció más bien sentirlo de mis lagrimas cayendo, de mis manos sujetandolo, de mi voz en su oído pidiendole la vida...
Me soltó y se dió la vuelta a sentarse en la arena... y Sueño ya me esperaba en la puerta al otro lado de la habitación. No le dije nada y seguimos caminando cruzando el pasillo hacía la siguiente habitación, despues de ella solo quedaban dos puertas más, antes de entrar me miro fijamente, no sé porque sentía que su mirada era algo más, un cofre con un secreto muy doloroso, un secreto que estaba visible pero sin descifrar, entonces abrió la puerta... ¨Te busco y pensandote, te siento más lejos y entre más lejos siento que ya no estas, aún cuando te tengo enfrente, no hay en el mundo nadie más a quién ame, dejame pedirle al susurro del viento que vuelvas a mí y lleve mi voz para que vuelvas, pero no dejes que traiga tu aroma porque lloraré por ti, y sentiré que mi alma se hace de cartón diluyendose entre la pena de mis lagrimas¨
- Esta sala es la habitación más peligrosa, aquí reside la tristeza de todos los días incluyendo hoy en que fuiste miserable, la habitación en sí es el demonio que debes enfrentar, todas esas veces que te has llenado de desesperanza y has temblado mientras llorabas crearon este abismo, un hoyo lleno de veneno que se formo en el hueco de tus emociones y en el vacío de tus pensamientos, mientras más vacía te sentías más crecía el abismo negro en esta habitación - mientras Sueño decía esto su voz se perdía en mi distracción ¨olvidame que yo te recordaré, pero no me destruyas con esa mirada triste, sonrié y llenarás cada camara en mi corazón, mientras estes tu bien puedo estar bien¨ - es hora de que avances
¨se afilan los colmillos pero ya no me hace daño cuando me desgarran, ya nada me destruye más de lo que ya me he destruido, ¿que queda de los restos?¨
Caminé en medio de una interminable oscuridad, pedazos de mi cuerpo se caían con cada paso y yo le pregunté a Sueño.
- Sueño... ¿por qué me estoy destruyendo?
- La única manera de que salgas de aquí íntegra es que dejes de avanzar...- lo interrumpí abruptamente.
- ¡Tu me has pedido que avance y me dejaras si doy un paso atrás y ahora dices que para salir debo dejar de avanzar!
- Escuchame, dejame terminar, debes dejar de avanzar como si aceptaras esto en ti, aunque es parte de ti no te pertenece, debes dejar de seguir aceptandola en ti, debes sacarla y cerrar toda herida desde adentro no desde afuera, tu cuerpo se desintegra porque es lo que has logrado solo con tus pensamientos, lo que has logrado es fragmentar tu mente y tu alma...
No entendía en realidad, pero me detuve un segundo, Sueño me veía por si retrocedía, entonces lo vi a mi lado, un bisturí a mi izquierda y una aguja a mi derecha.
- ¿Que tomarás?- preguntó Sueño
- Tomaré la aguja, entonces por impulso mío, metí mis manos en todos los huecos que dejaron los pedazos que caían, escarbe y en mi cuerpo encontre espinas pequeñas y rojas no por la sangre, estas eras fosforescentes y rojas, saqué todas y cada una de ellas, algunas dolían más que otras, algunas más se resistían a salir, entonces cuando sentí que nada más envenenaba mi cuerpo, tome la aguja y con la oscuridad entre mis dedos hile un trozo de hilo para cocer todas las partes de mí y permitirme sanar, el tiempo que tarde en todo ese proceso fue indefinido, pero durante ese tiempo reflexione y deje ir muchas cosas, ya no pensaba tanto en él, tal vez era egoísta pero pensaba más en mí; me detenía en momentos a veces cuestionandome el cerrar estas heridas, pero no me quedaba así, yo seguía y aunque cada vez que entraba la aguja sentía dolor, era más el alivio al terminar, pronto continuamos caminando y vi la puerta pero para llegar a ella tenía que crizar el vacío, una especie de hoyo negro del cual al fondo se precipitaba en un espejo ¨nuevamente estos espejos, vine por un espejo, ¿podría salir por uno de ellos?¨
- Debes tirarte al abismo - dijo con una voz seria
- ¿Qué?
- Arrojate al abismo
- No
- Hazlo
- ¿Por qué?
- ¿No confías en mí?
- ... Supongo, sí...
- Por favor arrojate al abismo
Me acerque a la orilla y ví la profundidad de la caída, de ninguna manera tenía la valentía para hacerlo, ¨¿cómo podría?¨ entonces sin pensarlo más me tiré... cerré los ojos por un momento y sentí como mi corazón se encogía al miedo entonces una fuerza me hizo abandonar ese miedo y abrí los ojos, estaba flotando por sobre Sueño y los cerré una vez más y aterrice frente a la puerta.
- Insolito... - dije mientras miraba con asombro a Sueño
- De esto es la tristeza puedes encontrarte en fondo siempre, pero no significa que no puedas estar arriba, todo es parte de caer y levantarse
Abrió la puerta ante mí y seguimos por el pasillo, la siguiente puerta, según el me platico era la puerta del miedo, esta puerta siempre le resultó díficil a él pues nunca supo si era necesario hacer que los individuos enfrentaran aquellos que rechazaban a toda costa, practicamente era cruel pero el sabía el deber de enfrentar todo. Me abrió la puerta y en cuanto la abrió nuevamente se desapareció, avance sola, y toda oscuridad se desvaneció, entonces lo vi
- ¡¡¡Hernán!!! eres tu, mi vida mi todo, estas aquí - grité ilusionada, desesperada por abrazarlo pero él no parecía oírme, lo gire puesto que me estaba dando la espalda y lo que vi en él me quito la voz de la boca y el aliento de los pulmones, mi estomago se empequeñeció y mis manos comenzaron a temblar, ese no era Hernán, era una persona parecida a él pero no era él, este moustro tenía el rostro de mi amado pero en sus ojos el vacío se hacía profundo y gravemente grande, sus ojos negros me sumergían en una infelicidad persistente, pronto me tomó de la mano y no me soltó, me acercó a él y mi cuerpo paralizado ya no respondía a mi voluntad de correr a la puerta de salida, ¨ tú no eres hernán sus ojos me hacían feliz, me hacían reir, mientras los tuyos son la ausencia de vida, son la muerte, son tu desdén y mi destrucción, no me mires por favor, no puedo con tu lejanía, cuando él me miraba me hacía sentir viva y los tuyos estan lejos de hacerlo, ya no puedo mirarte¨ él no me soltaba y me desesperaba su insistencia en devorar mi alma con sus ojos.
- ¡por este miedo no he podido dormir, miedo a que entre tanta mierda quiera contar con alguien y que no esté!... miedo a que me abandones y la razón de que te haya buscado aquí, pero no puedo permitirme amar y amarte mientras estes tú sin estar aquí conmigo, es mejor que me vaya... dejáme ir y prometo no buscarte, prometo no tenerte conmigo si no deseas estar aquí, no importa que sufra mientras no me engañe, ya superé la soledad antes y ahora tengo que continuar...
De inmediato se volteó y se agacho tomando una flor, me la dió y pronto se marchó. Extrañada por el evento, me dirigí a la puerta, pero no podía salir, la puerta no era la salida, ¿que lo haría?
- Es un miedo algo natural, los hombres temen a lo desconocido, temen a lo que parece que acabará con todo, como la muerte, temen a estar solos, a no volver a ver a otros, temen lo irremediable, y tu sigues sin remediar eso
- Pero ya he vencido todos mis temores me he enfrentado y levantado cuando he debido ¿por qué no puedo salir?
- Por qué evidentemente aún tienes un miedo y es el de abrir tu pecho, el de abrirte ante alguien más y que te haga daño despues, por eso no puedes libremente hacer nada, cualquier forma de vencer el miedo te libera, de la misma manera solo así puedes salir - recordé las suturas sobre mi cuerpo, todas habían cicatrizado excepto una pequeña herida semicerrada en mi pecho, con desesperación con mis uñas abrí y quité cada punto, adentro ahí estaba una pequeña cajita, la cajita que hace tanto imagine en ella me encerraba me sentía sola, fría con miedo y según yo resguardada de todo daño, de cualquier herida de guerra, la tomé y se la di a Sueño, pronto la herida cerró sola y Sueño se acercó a mí, sus manos rodearon mi rostro, mi cuello, mi pelo y pronto depositó un beso en mí...
La última puerta estaba ante nosotros pero esta no se abría sola, esta tenía una llave especial, la tomó de su cuello y con ella la puerta cedió.
- Este último paso, yo no puedo seguirte aunque quiera... ha sido todo tan fácil para ti... - me ofendió su comentario, no supo lo que en vida sufrí menos ahora lo que en este sitio pasé.
- ¿Me puedo ir?
- ¿Sabes cómo se llama esta puerta?
- No
- Es la puerta de la autocompasión- pronto me empujó y cerró la puerta tras de mí, ¨vaya traición¨
Avancé lentamente, no lograba figurar que podría haber aquí, sola a mi suerte dentro de este lugar, entonces lo vi, una montaña de cadaveres se formaba ante mí, todos clavados en lanzas lo más raro era que ellos mismos las sostenían, ellos mismos se habían empalado en el sufrimiento, no entendía porque ninguno las dejaba y salía por la puerta, hasta que caí en cuenta de todo, entonces trepé por los muertos y todo iba bien pero la cima estaba muy lejos y yo no sentía que avanzará, me sentí cansada y no podía más, entonces volteé uno de ellos parecía serme familiar, ¿quién sería?, me acerqué y era efectivamente el cuerpo de Hernán, ¿qué hacía Hernán en la habitación de la autocompasión?
Me miró por un instante y empezó a correr unas lagrimas tibias por sus ojos.
- ¿Por qué lloras?
- ¿Todavía no te das cuenta porque estoy aquí? ¡es tu culpa, me hiciste tanto daño que no pude más, eres horrible, eres una tonta, desperdiciaste tanto amor que te dí y ahora estoy aquí por ti!
- ¿De qué hablas? yo nunca renegue de tus cariños, Hernán vamos dejáme ayudarte, vamonos de aquí, yo vine aquí para buscarte...
- Eres una mentirosa todo lo que hiciste fue crear celos en tu esposo, en Martin, me utilizaste y lo sabes
- ¡¿Qué?!
- Dejáme y vete como todas las que alguna vez me hicieron daño
- Eres un tonto, no puedo irme sin ti, ¿entiendes?
- ¿No podrías dejarme?
- No
- Tienes que dejarme
- No puedo, lo intento y no puedo, me haces falta para reír de nuevo, para sentir que el mundo es real y es posible vivir en el, necesito respirar y solo tú puedes darme un aliento de vida, sin ti no vale la pena seguir, no vale la pena vivir, no sabes cuanto pasé para encontrar algo bueno y que ahora lo pierda
- Y lo perdiste porque no fuiste capaz de olvidar tu pasado
- ¿De que hablas? yo olvide todo mi pasado por ti, ¡tú eres mi presente!
- Nunca lo fuio porque siempre te entristecías por el pasado, no tiene caso que vivas si no puedes avanzar sin nadie, sin mí.
Me dolió en elo hondo escuchar todo eso de él pero tenía razón sentía tanta lastima por mí y mi pasado que deje de avanzar y me congelé en ese mundo...
Subí nuevamente sobre todos los cadaveres de vencidos y derrotados por sus propias manos y pronto fuí capaz de tocar la perilla, no sabía si habría regreso o que habría mi segura liberación más allá de la puerta... pero tomé la decisión, entonces entré...
Me encontraba en la habitación inicial, el moustro de mis indecisiones se esfumo, dí el paso siempre hacia adelante, vi el espejo lleno de humo, lo desconocido ya no era tanto mi temor, lo cruzaría y regresaría a mí. Poco a poco crucé el espejo... lo que sea yo tendría que seguir, eliminar todo esto malo de mí y volver a mi vida... el caso es que ya nunca pude volver al menos yo, ya no era yo, era un extraña frente a ese espejo... pues es que todo lo que fui en vida y me hacia ser, mi pasado, mis problemas, mi dolor, mi estigma de por vida tanto como mis cualidades de seguir adelante, mi valentía y mi decisión me hacían ser y como elimine todo lo malo en mí y deje solo lo mejor... me había despersonalizado... yo ya no era yo... ser completamente esto, tan incompleta sin mi manera de ser y mejorar, sin nada de lo que me creó como soy...
Era una extraña es un espejo desvaneciéndose en el humo... una imagen falsa y poco definida...
Los demonios del espejo humeante