Destinatario

Estas son sólo notas de olvido, recibos injustificados, cartas de silencio y telegramas melancólicos que una mujer de vena negra escribió.

jueves, 15 de enero de 2015

Se llamaba Nido



Confundo demasiadas cosas con el amor,
las horas se vuelven sempiternas, las confundo todas;
es increíble tanto así que no sólo confundo el amor,
sino que por el amor confundo todas las cosas.

Confundo la raíz roída del pasado,
y las personas, fantasmas presentes,
las lágrimas del ayer las he emigrado
y emergen como habitantes de mis ojos.

Confundo tantas cosas con el amor,
confundo tu nombre como vocablo errante,
confundo tus silencios como sagaz espada,
confundo a veces la cama como la tumba.

Confundo tus palabras con deflexiones negativas,
confundo cada arteria de tus pasos
y cada beso en reversos;
pero no confundo mi pasado con la melancolía.

Al amor le pongo varios nombres,
viernes, tus manos, tus ojos, tu cara,
acostados, juntos, siempre, edades
corazón, sonrisa, lágrima y despedida.

Confundo demasiadas cosas con el amor,
incluso confundo geografías;
porque no es ahora, ni es aquí,
ni eres tú, si estás o si sigues todavía.


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