Amor ahora tú duermes en una grieta,
de hecho te esfumaste del desierto
igual que la humedad que lo inquieta,
te quedaste árido y en detrimento.
Detrimento del cuerpo que es cadáver,
mermado de mis memorias desosegadas,
menoscabado por mi memoria al margen
que musita con dolor estas palabras.
Agravado, averiado, ausente y dormido
que te has alejado del mar que te dio vida,
que te has enterrado en musgo enverdecido
y dejaste morir la última de mis sonrisas.
Mientras observo, la hora se ha detenido,
la última luz se ha esfumado sin dar vuelta,
y mi boca por completo ha enmudecido,
dejándome al corazón el fantasma de tu silueta .
El último de los besos se desvaneció contigo,
y mi corazón deja de latir cada minuto que pasa,
es que sabe que sobreviene su mayor martirio
vivir sin ti mientras la vida triste avanza.
Eres un vals muerto, un funeral de invierno,
una pavesa extinguida sobre la ventana,
un carbón ardiendo, un muerto sin dueño.
ceniza de mi llanto, lo amargo en mi esperanza.
Tu caricia en mi epitafio se ha signado,
cariño no me hundas con tus besos en la tierra,
regresa y deja a mi alma descansar a tu lado,
dame un respiro, no dejes que me muera.
Tus ojos está pena me los ha robado,
tus labios se despiden sin problema,
el último rayo de sol se los ha llevado
y yo solo espero el fin de la tormenta.
Veo en el espacio que deja de tu vacío
el fin de mis días, inicio de mi tristeza,
me pregunto ¿dónde estás cariño mío?
y me hundo en los huecos de tu ausencia.
Dulce amor descansas en la grieta
de mi corazón que se ha vuelto desierto
y seguir en esta vida ya no sé si pueda
si no tengo un poco de tu cariño conmigo.
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