¿Qué cruel sueño me rememora tu carne
qué fina desdicha se me ha colado adentro?,
un abrumado destino ha querido alejarte
y no soy capaz, aunque quiera, de detenerlo.
Si he de decirte ¨adiós¨, lo diré sin remedio
que para amarte me costó un largo camino
y ahora para dejarte me cuesta el mismo infierno,
¿con que fuerza me separo de ti amor mío?
Allá sobre mi cuarto retumba el delirio,
y sobre mi frente se arrugan las preocupaciones,
la soledad se hace presente a través del frío
que ronda cada inacabada sinrazón de decepciones.
Miles de ellas, miles de metros y sollozos,
que no reparan tus ojos, ni soportan los míos,
¿sabrás acaso que saqué el agua de los pozos
para que albergara el agua de tu amor y sus suspiros?
Sobre las nubes dibujaba nuestras pasiones
y sobre las calles cantaba a extraños nuestros besos,
con la noche guardaba con celo a excepciones
como las estrellas, que me pedían recitar mis secretos.
¿Sabrá la almohada las veces que te he llorado,
o el dorado del crepúsculo las ocasiones que te pensé?
Tal vez, solo sabe el tiempo cuánto me has ilusionado
y el tiempo ha de curar y olvidar aquello que juré.
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