Te miré, dulce y ataviada
vestías tu mejor sonrisa,
vestías esa personalidad rara.
Te miré, dulce y sensible
te recostabas en tus sábanas,
y tú al cielo le preguntabas:
¨¿Dios, cuándo llegará?¨,
y por tu rostro una lágrima bajaba
¡cuánta desesperanza no albergabas!
El otro día yo te miré...
fue horrible mirarte
sólo porque... llorabas.
Yo nada podía hacer
tú solo esperabas al amanecer
que la persona que querías llegará.
Seguí mirándote por los días
pero sin decirte absolutamente nada
a veces sonreías pero al recordar...
Al recordar la cabeza agachabas
y yo tan estoico y firme
sólo te miré mientras esperabas.
Los años pasaron y fuiste, desgraciadamente,
demasiado fiel, y fiel junto a ti
yo también te esperaba.
Excelente poema...
ResponderEliminarnada más desgarrador que mirar a alguien llorar.
Saludos
Gracias Míkel abrazos.
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