Tu vida es como un aeropuerto,
tu amor como una tormenta,
fluyendo corrientes alternas,
ojos de farolas moribundas
abrazando soledades y entuertos.
Cruzamos bajo autopistas celestes,
vivimos en la habitación de la nostalgia,
alguien ayer gritó tu nombre y creí
que yo tu desnudo cuerpo alucinaba,
así como en la ciudad vuelan casualidades.
No sé si deba contarte, estoy buscando alguien,
soy baile, sexo melancólico y alegría mestiza.
No me imaginé tantos años, tan lejos,
tan perdida y marginada en fronteras
infinitas y llena de caminos con miedo.
¿Cuántas vigilias has caminado,
pensando casi lo mismo que yo?
¿En que cielo pagamos la vida,
para querernos más y morirnos un poco menos?
¿Dónde se empeñan y abaratan los sueños?
Fuimos demasiado cobardes,
demasiado alegres, confusos y tontos,
y ahora tu nombre se esconde
bajo la única sílaba que decir sí duele,
mientras tú te rezagas en olvidos.
¿Hey acaso no hemos cantado la misma canción?
Acaso no fingiste cantarla solo, sin mi,
y yo he fingido que existe el amor sin ti.
Sólo quiero decir, no quiero ser una sombra,
ni vivir en tu tren dónde cada parada es la última historia.
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