Mira como se desdibujan los matices,
desterrando historias y raíces,
decolorando las hojas y los días
asi los tiempos no deben huir.
Y el mundo se da cuenta con horror
tocando sus rostros la impaciencia de Dios,
que triste dicen unos, que ira gritan otros
no quedan más huellas de dolor.
Se desvanecieron las notas en lápiz
y se quemaron las tintas del tapiz,
se desgarran los órganos y los tejidos
de una retahíla hecha de anís.
Con gran vehemencia lo evitan y lamentan
las verdades no deben morir,
pero henos aquí con flores a tu osamenta
¿donde empieza el loco y el cuerdo empieza a surgir?
En tu frente se cuelan los años y curten tu faz
dejando una corteza dura y fuerte por el ayer,
de gala siempre recordarás el siglo diez y seis
haciendo hincapié en las obras y maniobras de atrás.
No habrá rosas que pueda depositar en la fosa de mi corazón,
ese lugar que solías ocupar durante mis veranos y mis otoños
cuando nadie más podía levantarme como tú lo has hecho
despabilando pupilas y recogiendo suspiros.
Delirio y perdición de un alma analcoreta
y nadie pide que sigas aquí pero, la voz acallada sí,
por eso no habrá rosas y los luceros de la paleta
que humedecen y se vierten en lluvia que huye de aquí.
Y esta solo fue una gota dentro de un inmenso mar
que rompió la dureza de las rocas y el coral
más ahora se cierra para petrificar
el hueco donde alguna vez hubo un corazón normal.
Me asomo por las persianas viendo el sol morir con el ocaso
debería alguien venir y quitar este sentimiento gris,
ya no me deja vivir, no me deja comer ni dormir,
no puedo saber si te iras y estar conmigo no tiene caso.
No tiene remedio haber querido tanto y saber que estabas mintiendo,
no quiero pensar si estoy bien o mal en cada momento,
pasan los días yo durmiendo en el suelo y la luz ha escapado,
se esfumó por las rendijas de unas llagas en invierno.
Tanto tiempo para hacernos tanto daño
y hoy ya se que te pierdo,
pero no me quejo algo así imaginaba
que ocurría como fantasía y trampa.
No habrá rosas que pueda depositar en la fosa de mi corazón
ese lugar que solías ocupar durante mis veranos y mis otoños,
cuando nadie más podía levantarme como tú lo has hecho
despabilando pupilas y recogiendo suspiros.
Me acompaña la sombra por la avenida
y mis pasos se pierden entre toda esta gente,
me detengo para ver quién me observa desprevenida,
si esta aquí viéndome pasar con el sentimiento en la frente.
Pero nadie te detiene, te lo aseguro no soy una escolta más,
busco una puerta, la salida de toda esta desgracia en mi mente;
me encontré con ella, eso ya lo sabías
y por eso sé que esto sucede como debe.
El año que fue días de alquitrán que claman un fenecer;
cada murmullo borrando los días que pasaron
y se suma uno más con cada amanecer,
no haré un balance de lo bueno y malo que despistaron,
Lo que pudo ser un grito de pena o una risa fugaz,
por eso no guardaré lo que de seguro tu guardas de mí,
Mis ojos nunca vieron con adusto juicio tu ser vivaz
y lo que venga hay que reírnos para irnos bien sin baladí.
Decimos adiós, recibimos con abrazos un nuevo porvenir
otra vez hay champan y hay tequila para beber,
para despedir lo que de nosotros parte sin pedir
que nos volvamos a quedar mirando las estrellas en jueves.
No habrá rosas que pueda depositar en la fosa de mi corazón,
ese lugar que solías ocupar durante mis veranos y mis otoños,
cuando nadie más podía levantarme como tú lo has hecho
despabilando pupilas y recogiendo suspiros.
Es triste pensar que el otro ya nos olvido pero eso nunca sucede,
no conozco corazón que sin huella de un verdadero amor se quede,
por lo que sentiste no te sientas mal, sería cinismo creer que lo podemos manejar,
los hombres siempre darán su mejor rostro cuando por dentro se puedan quemar.
Por eso no te juzgo, ni te deben de juzgar
aquellos que te quieran causar un mal,
no parece sensato pero es real
hubo un tiempo en que el tiempo se detuvo sin mirar.
Ignorando relojes, olvidando que existen los demás
por eso no pienses que te olvidé, al contrario no podrá pasar
de ahí en más pasan los meses y crece con día la incertidumbre
y en las noches desfallece un alma perdida desde aquel diciembre.
Dos mujeres que hicieron tanto daño,
dos hombres que pudieron darse la mano
y perdiendo todo hasta la piel,
hoy se beben en copas los labios de hiel.
Para que disfrazar los paseos en la ciudad,
para que ocultar lo que en un vuelo fue tanto bien,
no estoy yo bien, pero no puedo quitar la daga si verter
la sangre de un corazón tan seco en la continuidad.
No habrá rosas que pueda depositar en la fosa de mi corazón,
ese lugar que solías ocupar durante mis veranos y mis otoños,
cuando nadie más podía levantarme como tú lo has hecho
despabilando pupilas y recogiendo suspiros.
Que con mis piedras que reúno cuelgo a lo largo del cuello,
crecen las cadenas que me han de condenar por tanto querer
pero si debes de seguir yo misma sé que no te detendré,
ante todo fui lo que primero fui y de ahí en mas el sueño.
Se acabaron los días de dormir, de beber y de comer
para dar espacio al ayuno, el desvelo y al quehacer,
ya saben que poner en mi féretro, donde me cuide el ángel
de una muerte segura y absoluta bajo un viejo ciprés.
Tiene mi cementerio un lugar especial para héroes como tú y como yo
y nadie esta tan mal porque reímos y recordamos sin amargura
donde el infierno y el cielo siempre se quedan en espera
y aunque caven en las tumbas, para nosotros son mejor los nichos.
El juicio final nos tratará por igual por todo el bien y todo el mal
sin importar el oficio ni el abolengo,
todos daremos una vuelta al mundo
a buscar el lugar donde tenemos que estar al final.
No habrá más marchas cansadas ni días agotadores
cuando el encuentro haga sus tretas, al término de esto
habrá un momento dado, que fue, tomando la decisión
que quedará tan claro que todo podrá dilucidarse en un café en el avión
No habrá rosas que pueda depositar en la fosa de mi corazón,
ese lugar que solías ocupar durante mis veranos y mis otoños,
cuando nadie más podía levantarme como tú lo has hecho
despabilando pupilas y recogiendo suspiros.
Por tanto mal de amores muchos se han ido a la tumba
pero no nos manden flores que no queremos despertar,
no hay fuerza de agua que pueda tanto pasado lavar
ni el viento furioso que pueda toda esta tierra quitar.
Bajo la ducha fría siempre podré llorar sin revelar
todo un mal que se esconde bajo el lenguaje
de una fina sonrisa y una mirada sin despegar,
por tanta espina y tanta sal que la han hecho olvidar.
Que algo por afuera si pueda existir que la pueda despertar,
en tiempo antiguo recuerda el primero que la enterró
y puede asegurar mucha gente está ahí erigida sin doblegar
pero es la silueta de una joven antigua arrasada por el mar.
Si alguna vez llega a despertar es solo para en fuego quemar
todo lo que alguna vez fue gracia y dicha
y quitan cada momento los años más felices de mi vida
cada noche larga que mantiene mi alma fría.
Empiezo a recordarte y empiezo a lamentarme por todos los días
que yo misma he desperdiciado, todos lo que he llorado
y voy caminando largos viajes al igual que tú con los que evitas
en cada conversación lastimarme pero has hecho el daño imborrable.
No habrá rosas que pueda depositar en la fosa de mi corazón
ese lugar que solías ocupar durante mis veranos y mis otoños,
cuando nadie más podía levantarme como tú lo has hecho
despabilando pupilas y recogiendo suspiros.
No me mires así, no fue tan fácil para mí
amarte como no imagines, y que no imagines como amarte
por eso puedes decidir con toda libertad si es así
que puedas salir, y ver que lo que sea que pase, aquí podrás encontrarme.
Nada fue un error, ni existe un culpable, solo fue lo que se pudo dar,
fue lo que trajo un poco de luz a dos vidas tan vacías de realidad,
así el camino continua en soledad o en compañía con suerte
a manos del destino, de la vida y de la muerte.
Se esfuma el calor de las venas, de los recovecos de una vida
que se perdió en la cotidianidad de un ver nocturno ideal,
no hay mundo donde pueda soñar sin encontrarte mas
terminé de buscar canciones, versos y esa señal.
Allá muy lejos un clamor de noche se puede escuchar,
la maldición que siempre ha perseguido a una mujer
que de noche la despide hacia su suerte
donde su corazón jamás pueda descansar.
No habrá rosas, ni más musa, ni más soñadora,
es hora de enfrentarse a lo que verdaderamente es cruel
a mi servicio para la vida y a mi deber de la muerte evitar
a saber que lo que encontré jamás lo podré recuperar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
En mi tiempo libre y no libre escribo, toda ventana aquí esta dispuesta a tus comentarios, comparto mis ideas, comparte tu opinión ;-)