¿A quién me parezco?

Los porques y paraques de una vida terrena:

¿A quién me paresco? a tu tarde entera;
a los dulces momentos de la vida pasajera,
¿quién crees que soy? la que rompe tus mares
y te cubre de aliento alejando tus males.


Soy el castaño musitar del ruiseñor al viajar
soy el canto de la golondrina herida de volar
me parezco a tus ayeres, me asemejo a tu ventana
abierta en las conversaciones alegres lejanas.


Sopla el viento del este, y vuelas remoto en las cumbres,
te deslizas en las sombras y rompes el silencio panegerico
tan discurridor, y tan lleno, tan infinito y misterioso tormento;
así partes y remontas un vuelo de los fines dispares.


Se resuelven las incertidumbres, se resuelven los dilemas.
Estas bien, eso importa, ya despues de eso, nada mas queda...
nada mas es vital, nada mas es significativo, solo las cartas sobre la mesa.
Codificable, ahora ya estas descifrando, ya sabes lo que creo.


Ayer llego la paz a mi, ayer, llego sin heraldos o mensajeros,
era el sincitio de mis recuerdos, aparentemente inutiles.
Ayer fue, y hoy hizo presencia en mi vida, hoy lo vi correr;
eran ayer malos recuerdos y de un segundo a otro, se fueron con él.

Hoy camine por muchas horas, con rumbo fijo a desaparecer,
pero me detuve cuando vi que a través del mundo, podía sonreir.
Hoy los colibries, los estorninos y los claveles, me hicieron creer
que alguien me observaba en el cielo y eras tu, el aquel ayer.

El viento jugo con el suave cabello enjugado en jazmin,
rozando los labios y besando mis mejillas, ahi estaba él
jamas se fue, jamas partio, pero ya deje el agua verter
lo que sea, que sea solo para su bien.


Perdi la vista por las nubes y la mente por un placer,
el placer de haber perdonado y poder seguir caminando,
poder seguir riendo, cantando y pensando, que todo tiene un porque.
Entonces me di cuenta, se a lo que me paresco, yo soy el ayer.