El trato se acabó

La asimetría de tus manos me cantó al corazón,

las sostuve durante los abismos de tu ser,

dime que es no tener cielo ni suelo en tu ver

déjame decirte cual es mi mayor desazón.

Algún día te sentirás muy culpable sin razón,

tal vez mantendrás las noches húmedas muy cerca

y ese día que la soledad te diluya en sus letras

estaré yo hablando de ti a tus paredes con media voz.
Estarás deambulando noctambulo e incierto

y las voces de las sombras 

que lo mejor de nosotros ya se fue,

ellas te bañaran en el jugo de su alcohol.

Correremos sincrónicos en el tiempo,

dormiremos noches eternas extrañándonos

pensando en los sueños más lejanos

y ambos sabremos que el infierno no lo creo Dios.

Ya no se trata de otro buen hombre,

ya no es que se fue la gran mujer,

tu y yo somos complejos de vicios,

somos desastre y somos ciclón.

Qué tristeza, sostuve tus manos

a cambio tu me dijiste adiós.

Adiós, adiós que Dios

nos permita solo alejarnos.