Destinatario

Estas son sólo notas de olvido, recibos injustificados, cartas de silencio y telegramas melancólicos que una mujer de vena negra escribió.

domingo, 5 de agosto de 2012

No volveré a apagar las luces


Las pantomimas de la vida son la solitaria avenida
donde nuestros recuerdos han jugado a ser cuentos,
mientras el amor por vivir me esquiva el pecho,
mientras las manos se me destruyen en pena primitiva.

¿A quién le importé en serio, fui un pasaje de salida?
El angor temporis moderno se me esconde entre los huesos,
se toma la saliva del asco profundo que ahora siento,
de la desdicha de creer, de esperar por tu venida.

La manera en que ríen los relojes, en que ríes tú;
te sostengo la mirada, tu felicidad es mi único sufrimiento,
y siento todo el tiempo que tengo hambre, que tengo sueño,
sueño todo el tiempo que vivo y muero por dentro.

Esta despedida de tajada es la depresión que siento,
esta vida sin sentido, vivir por vivir, solo eso;
sentir debilidad desde el núcleo de mi cuerpo,
los charcos de la vida salpican mis desvelos.

Y que te quiero, porque te quiero, no lo niego,
que no estás, ¿por qué no estás?, pregunto el día entero;
te extraño profundamente, te extraño y tengo miedo,
no apago las luces, no sea que te vuelva a ver de nuevo.


(Para mejores efectos de interpretación escuchar y leer)



4 comentarios:

  1. Vivir por vivir... llegar a aquello es terrible. Un vacío profundo.

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    Respuestas
    1. Lo vivo a diario desde que el tiempo es tiempo y de vez en cuando no hay tiempo y siento que vuelvo a vivir.

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  2. Con un caballito de tequila y un buen rasgueo, tenemos una buena canción.
    Saludos y letras

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