Destinatario

Estas son sólo notas de olvido, recibos injustificados, cartas de silencio y telegramas melancólicos que una mujer de vena negra escribió.

martes, 25 de diciembre de 2012

No son cuentos de rosas


Voy a empezar a hablarte de mi vida;
no es un cuento de hadas, no hay amistades enemigas,
no existe lealtad ni aprendizaje, esta es la vía
donde las cicatrices también son heridas.

¿A quién pretendo mentir con mi dicha?
¿A quién intento engañar con tanta alevosía?
No soy quien sonríe, no soy quien lee todos los días,
no respiro, no aprieto los puños expulsando la ira.

Soy sólo yo y mi debilidad concisa,
soy sólo yo y cuarenta y seis cicatrices,
soy sólo yo en la malsana avenida
de juego y alcohol sin directrices.

No voy a cambiar nada en tu vida,
no sustituiré cien años de batallas, 
no soy la bandera ni el vestigio de alegría,
soy terreno hostil y frío sin sonrisas.

No puedo convertir el agua en vino,
ni despejar los cielos a parteaguas,
no hay crisol ni arista en mi cuerpo,
soy sólo una persona que carece de armas.

Pero puedo destruir con mis palabras,
son de filo la finura de mis dedos;
mi corazón es un bufón con máscaras
y mis labios un venenoso anzuelo.

Esta es mi última advertencia,
ya no quiero repetirlo de nuevo,
vive una vida plena con esperanza
y conviérteme en un olvidado recuerdo.

2 comentarios:

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