Destinatario

Estas son sólo notas de olvido, recibos injustificados, cartas de silencio y telegramas melancólicos que una mujer de vena negra escribió.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Joyeux Noël (Trad. Feliz Navidad)






La noche en el café era vivaz y rápida, personas transitando de una lado al otro con sus propios mundos, el sonido de un acordeón daba el familiar toque de centro junto con las luces y los diferentes ruidos que aturden la noche, las campanas de las iglesias se dejaron oír, las personas entraban a escuchar las misas y a bendecir medallas, mientras afuera un violinista tocaba en una banqueta gris, muchos caminaban entre los puestos y otros esquivaban los autos de las estrechas calles con grandes hoyos en el adoquín, las luces en los edificios dejaban entrever el antiguo mundo colonial de la ciudad, el noble centro histórico modernizado con luces y láser, y la gente tan indiferente a la historia caminaba entre los edificios de cantera y los pilares que remataban en ricas cornisas antiguas, yo decidí caminar rumbo a la plaza Fundadores, camine entre las callejuelas hasta encontrar un taxi vació, en esta época resultó algo desafiante e imposible, muchos taxis en servicio iban llenos por las festividades en diciembre, otros ni se dignaban a detenerse, lo que querían era llegar a casa, finalmente un carro destartalado y viejo se detuvo, un señor muy viejo me llevó rumbo a mi hotel; era de singular gracia que la música y el olor siempre es el mismo no importa que taxi tomará en mis múltiples recorridos.

Nos detuvimos en una luz de parada, el semáforo deja un breve minuto de calma, en el caótico tráfico de este espagueti de autopistas, en plena oscuridad un niño no menor de 5 años se acercó a la ventanilla del taxista.

- ¿Algo pa´ mi Navidad?

- ¿Qué quiere para Navidad mi amigo?

El niño que en ese momento entre manos temblorosas y harapos sucios sostenía una lata de soda a manera de alcancía recibió del taxista su cambio.


Fuera de lo repugnante que me resultará el smog, la lamentable contaminación visual y la suciedad de las calles, ese niño por encima del mundo me conmovió más; en estas épocas invernales, salía de un café rumbo a mi hotel, mi cómodo, caliente y solitario hotel.






2 comentarios:

  1. umm eh aki una anectota mas del deplorable status de la sociedad hoi en dia u.u pero aunque seguimos y seguimos viendo seguimos sin acer nada desimos alguien se okupara y dejamos de lado a nuestra gente que poko a poko peresse ya sea por la mala alimentacion o el cruze de las tempestades o enfermedades ai ke ayudar y mas en estas epocas de "felicidad" siempre podemos acer algo ...

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  2. el problema es que todos estamos en capacidad de hacer algo y nadie hace nada con eso, porque pensamos que no podemos ir contra el gran molino de las tempestades como don quijote y vencer las enfermedades y la pobreza, no somos capaces de ver que las pequeñas acciones hacen un cambio para alguien...

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