Destinatario

Estas son sólo notas de olvido, recibos injustificados, cartas de silencio y telegramas melancólicos que una mujer de vena negra escribió.

domingo, 11 de agosto de 2013

Eme

Y ahora entiendo el por qué,
cuando se fue de aquí
llovió una semana entera.
“Sueño con ella”- Buika.


¿Por qué nadie hace caso a lo que uno dice?
¿Por qué nadie me cree “¡Carajo!” y sonríe?
¡Carajo es cierto!, ¡Carajo lo lograste!,
¡Carajo me diste en un punto del corazón
que creía perdido!, en medio de la desnudez
del ultraísmo de decir lo que ya no se siente.

Pues sí, carajo… me enamoré a desenfreno,
hay luces estroboscópicas inundando mis sentidos,
el corazón está por reventarme el pecho,
algo me dice que desde Guitar center
ya éramos dos nudos bien hechos,
que el naranja o en negro debajo, había una corriente.

Y sí, carajo, que sí,
porque yo no sueño más que con no soñar,
porque amar va más allá de amar:
porque amar algo de verdad
es enseñarlo a volar, darle una pedrada
y salir corriendo como loco a consolarse
entre poesía fingiendo haber roto cosas
(que nunca se rompen).

Porque me estallan las entrañas,
porque me tiemblan los dedos y no puedo,
de verdad no puedo, me estresa este cambio,
esta felicidad en exceso y desmedida,
y me dan vuelta la cabeza, tu olor y tu mejilla,
tu mejilla a tu boca, de tu boca a los ojos,
de los ojos  a la boca, y la boca y la boca…

No puedo, circunnavegas Marco “Eme” Polo,
cada ruina de mi cuerpo, cada accidente,
cada delirio acantilado, cada gruta de mi mente,
profundo retorno aliciente a mis gritos,
a mi alegría socavada hasta el cansancio
cada vez que vienes a verme, explota en mi algo,
y todo en ello se me da el cielo presente.

Nadie te hace sonreír como yo lo logro,
porque te callo la boca sino entiendo a besos,
porque veo en ti nada particular, sino eso
que nadie más que tú posee,
haz lo que quieras con lo que te digo,
pero no hagas nunca lo que Dios quiere.

Y ¡Ay!, de verdad, ¡Ay de mí!
porque le describo deseos pelágicos,
a los sahuaros del desierto,
miradas de agua, a páramos acartonados,
porque la felicidad y el amor sobreviven
pero siempre en los lugares menos apropiados.

1 comentario:

  1. Esos sahuaros tan qué sé yo.
    ese lenguaje tan furibundo
    ese sentimiento tan saliente.

    Saludos y letras

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