Que regrese la vida

Mis manos que ya no son manos
y pienso en vano que algún día
vuelvan a darme la vida...
Bebe

Me estremezco en tus ojos lentejuelados

inquietos, embriagados y nada discretos.

Me hipnotiza el oscurecido de la gabardina.

Me lleno de su suavidad, atrapada en sus manos,

me siguen, me delatan mientras tus labios oscurecidos

me relatan historias sin horror, sin llanto y sin dicha,

mientras yo siga deseando la visita perdida

tú seguirás creyendo que por el tiempo te he olvidado

pienso en deslizar en tus enredos mis manos

pienso en comerme la distancia a mordidas

y la soledad justo en el llanto

Me imagino cosas, algún día estará resuelto

pero por alguna razón el futuro no me explica

que en todo esto exista

una solución, la compañía y el tiempo.