Destinatario

Estas son sólo notas de olvido, recibos injustificados, cartas de silencio y telegramas melancólicos que una mujer de vena negra escribió.

miércoles, 13 de junio de 2012

Recomendaciones



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Fecha de un viejo siglo
Luzedén


Sigue cuidadosamente las siguientes recomendaciones: 


Cuídate de la madrugada, no te vayas a mojar, cuídate del piso frío, cuídate de tanta libertad. No camines por el suelo, vuela pero no te ahogues en las nubes, lo que sea que necesites hazlo con libertad. 


Cuídate de las caminatas largas y de la humedad insoportable de los domingos, escóndete de mi sonrisa porque a veces siento que te atrapo de más; mantente alejado de mi presencia y no tomes muchas cosas heladas. A veces no se cuanto tiempo de permanencia me hace ser insoportablemente necesaria... 


Amor mío ambarino, anfibio, sin querer te hice depender de mi oxígeno y de mi fluido también. "En todo aquello que me gusta, te veo" "En todo aquello que me ves, no me gusta", No me gusta que me dibujes en la soledad de tu cuerpo, tampoco que me hagas nidos en tu mente, busca un trabajo, corre un rato, cánsate y ódiame por hacerte caminar tanto. Escribe mi nombre... enseguida táchalo, si es posible rompe la hoja con el peso de tu puño y crea líneas tántalicas dentro de tu corazón, dibújalo en una hoja y después rómpelo. Yo no sé que está bien, no sé que esta mal, mi mundo es una fantasía y en ella a veces estás y otras te vas.


A veces siento que me duelo yo misma, cuando te obligo a ser orgulloso y dejarme de hablar, a veces siento que te controlo demasiado haciéndote creer todo, menos la verdad. No tengo fe, no tengo tampoco sentido de supervivencia, por eso te quise, porque me dabas esperanza, porque podía sobrevivir al día con día. Cuídate de la nostalgia, seguido toca a mi puerta y la hago pasar, le digo que no te salude, no todo está tan mal. Seguiré rezando en iglesias ajenas, pidiéndole a una cerámica divina un intercomunicador con la fe. Ya cargo sobre mi espalda mi propia loza como Arnau, ya viví una vida "soñada" como Madame Bovary, lo que queda es ese líquido negro al fondo de un frasco café. 


Cuídate de nuestras tardes, de la alergia, de las pastillas, de la letanía de mis caricias, del hastío de mis recuerdos, de las cartas con pésima caligrafía, cuídate de los miedos que habitan en lo oscuro, vive con dicha, sonríe un poco, cuídate de todos, cuídate de mí y de mi exilio, alma mía.


Terreno ajeno.

2 comentarios:

  1. Uf que bonito escrito, es tuyo? Me gusto muchisimo, y pensar (valga la redundacia) que nunca pense que alguien se pudiera ahogar en las nubes, finalmente estan hechas de agua. Me gusta como ves siempre las cosas desde otra perspectiva, alejada de la usual. Gracias por compartir y nos vemos el30 :)

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    1. Gracias Caballero, un saludote poético, y sí nos vemos :D

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