Destinatario

Estas son sólo notas de olvido, recibos injustificados, cartas de silencio y telegramas melancólicos que una mujer de vena negra escribió.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

La casa ha empezado a derrumbarse


Cada día por esas cúspides volteo al cielo, para hacerme feliz con la belleza, para recordar, para despertar.


En estos días nada de lo que solía ser es igual, yo no me reconozco cada mañana en el espejo, siempre es alguien diferente, ajeno a mí, quisiera poder verme cual soy.


Me he querido enclaustrar en mi casa, sin nadie, un silencio de Verano en Invierno, arroparme con suéteres porque de abrazos no quiero disponer sin sentir que bajo la guardia. Me he quedado dormida como ningún otro día, llegando cerré tras de mí la puerta, el sillón parecía convalecer para sostener mi cuerpo cayendo, dormí horas, me levanté solo para cocinar, un aire de estofado impregnó la casa, se difundió a los rincones más lejanos para invitar a otros a acompañarme, la soledad me sentaba bien, leía libros por montones, siempre escribía pero cuando quería publicar algo solo una pequeña parte la daba a conocer, nunca pude escribir sin revelar demasiado de mí, más a eso le agregaba un cuadro de ociosos ratos, una fotografía espontánea, un pensamiento breve y más largo en profundidad. 


Estaba ahí, mi copa de Chardonnay, un viejo cuaderno y mi atención dispersa. Me encanta reír de repente, arrojar cosas y oírlas romperse, me encanta quemar malas memorias sentir el calor de la llama, amo la lluvia caer por mi ventana y escucharla golpeando y salpicando.


Desde el día que lo conocí, todo esto y cualquier momento es así.


Nadie puede quitarme el gusto infinito de ducharme con música clásica, de llorar bajo mi almohada, de distraer mi mente voltear a un punto indefinido y perderme.


Hace tiempo me enfurecí pero siempre he vuelto a hacer esto. Por eso cada vez que volteo al cielo, espero que cuando descienda la mirada estés ahí para encontrarla, pero me da miedo. De verte me da miedo no saber que decir, que hacer o como reaccionar. Solo espero que mis funciones motoras no rebasen mi razón para no salir corriendo.


¿Se han distorsionado las imágenes, o no sé como reconocerme ante mi propio reflejo? el dia que me veas, o te vea, espero no será con miedo, será con mi convicción. Así inicié hoy queriendo recuperar lo que me hacía ser yo.

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