Destinatario

Estas son sólo notas de olvido, recibos injustificados, cartas de silencio y telegramas melancólicos que una mujer de vena negra escribió.

lunes, 6 de junio de 2011

El sonido de la oscuridad


¨-Me desesperan esos ruidos- pensó acostada en el divan - ¡Odio esos ruidos! - y la voz de sus pensamientos escapó hacía la articulación por la cuerdas vocales verdaderas¨

La noche era particularmente oscura toda luz se había suspendido en la colonia y quedaba solo ella dentro de una casa de dos pisos sin iluminación y sin compañia, no le aterraba estar sola, pero en la oscuridad era algo distinto, ella nunca pudo ver bien, desde la niñez impuesta a vivir con su tercer brazo y su tercer ojo, aquellos lentes le brindaban una extensión de su cuerpo imprescindible en todo momento, únicamente se los quitaba para dormir y a veces ni eso hacía, pero aquella noche se sentía enloquecer, trato de quedarse junto a la ventana de las escaleras por donde entraba la poca luz que provenía de la lejanía, al menos si veía por la ventana no se sentiría rara con las figuras que se formaban en el interior de la casa, se sentó en las escaleras y resintió en el sueño que tenía; hace algunos días que no podía dormir por un extraño ruido que se oía en el desván, ella lo atribuía a que eran ratas o pajaros, finalmente tras unas palabras poco entendibles, se quedo dormida.


Pasaron las horas y la luz no regresó, ella despertó en medio de la oscuridad de una habitación alta en el mismo divan pero se sentía rara, tocó su rostro y notó que sus lentes no se encontraban, toco por el suelo, pensó que se habría dormido con ellos puestos y que se le habían caído, pero no se encontraban en el suelo, se deslizó a tientas por los pasillos hasta encontrar un cajón que poseía un repuesto y tampoco este se encontraba, tomó un reloj electronico de aquellos que tienen letras rojas y digitales, decía las 2:30, esto era un predicamento, porque tal vez no mucho sepan pero no ver bien es un terror en la soledad y uno más grande en la oscuridad; en el día no hay problema, la claridad permite distinguir figuras aunque borrosas libremente, mientras que en la oscuridad son otras figuras las que moran las cuencas de los ojos sin visión y particularmente para ella era una sensación que la llevaba a la paranoía.




Se dirigió de nuevo a la misma habitación donde despertó y se encerró para sentirse más segura entre lo que el sueño la atacaba y entre que la luz volvía. Nuevamente se recostó sobre el divan llevándose las manos hacía la cabeza le desesperaba voltear hacía cualquier lado y de pronto aunque todo parecía relativamente calmado escucho una voz llamándola:

- Laura...
- Son imaginaciones - se repetía.
- Laura - unos ruidos de uñas arrastrándose sobre madera se escuchaban en el techo sobre Laura
- ¡¡Esto no es... Esto no es!!! nooo... - Se levantó, mientras tocaba el barandal bajaba poco a poco las escaleras y se acercó a la cocina para tomar un cuchillo, pensó que alguien habría entrado y estaría haciéndole una vida imposible.

Pronto no escucho nada y se sintió más aliviada, pero seguía viendo las cosas cambiando de forma, sombras que se extendían sobre ella, oscuros abismos en los rincones de cada habitación no estaba segura entonces nuevamente escucho:

- Búscame...- No dijo nada se arincono entre dos sillones esperando no oír nada hasta que nuevamente oyó- Laura encuentrame...
- ¿Quién es? ¡Vete, dejáme!
- Laura no te dejaré nunca
- ¿Dónde estas? ¿Que quieres?
- Búscame... - repitió una vez más la voz que se hacía más áspera y débil.




Laura se levantó de donde estaba, se armó de valor y una curiosidad extrañaba empezaba a poblar sus intenciones, recordó los extraños sonidos que provenían del desván así que decidió subir, poco a poco subía cada peldaño en la escalera que ascendía, la luz de la luna ya era visible así que le permitía distinguir muchas cosas, entre ellas la nube de polvo alzada sobre un espejo gigante, se acercó lentamente al espejo tratando de reconocer en sí misma algo...

- ¿Quién eres?- mencionó en un suspiro hacía el espejo - No estoy enloqueciendo, sé que oí esas voces - nuevamente volvió a ver el espejo, era ella pero no era la misma, su ropa estaba rasgada y una sombra gigante se alzaba sobre ella devorándola mientras un chillido terrible se desprendía de la imagen, Laura estaba segura que alguien la habría drogado mientras dormía ¨son alucinaciones¨ se dijo.

Pronto cerró los ojos y escuchó un sonido, en la esquina una sombra se mecía sobre una antigua mesedora arrumbada, empuño el cuchillo en dirección al maligno espectro. La sombra se levantó avalanzándose hacía Laura quien fue empujada directo al espejo, se cubrió para protegerse de los vidrios pero nada sucedió, nuevamente se levantó y la luz del día ya colmaba el polvoriento techo, habría sido un sueño...




Al día siguiente bajo hacía la cocina, tomo el cuchillo y lo guardó en su lugar respectivo, empezó a hacer el desayuno y prontamente toco su rostro para asegurarse que seguía ahí y en lugar de eso sintió un líquido corriendo de sus parpados ¨¿llanto?¨ mencionó secamente, se acercó al lavabo y notó en sus manos un líquido escarlata vital, era sangre.

¡Sangre! pero entonces que era lo que ella veía, todo a su alrededor se desvanecía, en su mente se figuraba su casa  en un día normal, en un día cualquiera, ¡un día con sol y luz y color! ¡¿qué veía?! entonces nuevamente distinguió el lugar oscuro a través de sus párpados le era fácil distinguir si era de noche o de día antes de abrir los ojos cuando despertaba, ahora estaba oscuro y sintió como un frío la rodeaba.




- Laura tomé tus ojos.
- ¡¿Porqué?! ¡No!
- Los tomé y me los quedaré por siempre, jamás podrás ver de nuevo, jamás estarás impuesta a ver las sombras de mis demonios, ni los espectros que moran la oscuridad de la hora del diablo, lo único que sabrás será del día y de la noche para dormir y refugiarte, sólo eso conocerás Laura, ya que todo esto se volvió parte de tu obsesión - Las palabras del mal eran tan lascivas que podían herir cual cuchillas el cuerpo de Laura de un modo físico, su ropa estaba rasgada y pronto el espectro la colocó frente al espejo - ¿es raro no?, no puedes ver nada más que este espejo y a través de él el mundo que te rodea.

Laura que estaba cegada de ira y cuyo miedo la hacía incontrolable intento calcular el lugar donde se encontraba la sombra y a ciegas se avalanzo sobre ella con un trozo del espejo que rompió en una sola acción para eliminar la sombra.

El día despues, los vecinos llamaron diciendo que escuchaban cosas grandes golpeándose contra los muros y gritos extraños acompañados de murmullos, la policía que entró a inspeccionar encontró el cuerpo de Laura con miles de heridas y rasguños y su mano empuñando un cuchillo que se encontraba empalado en el rostro de Laura, la policía lo calificó de suicidio ya que no había signos de violencia ni el cuerpo ni en las cerraduras de la casa, los vecinos dijeron que ella se volvío extraña después de que se le diagnosticó ceguera total, debido a un accidente de auto.


2 comentarios:

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