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Estas son sólo notas de olvido, recibos injustificados, cartas de silencio y telegramas melancólicos que una mujer de vena negra escribió.

martes, 7 de junio de 2011

Yo también creía en cuentos de niños


Yo también creía en cuentos de niños, era un parvúlo a la hora de escuchar de esas historias de miedo que se cuentan entre amigos, y claro ves u oyes algo que te aterra y empieza como una plaga, lo ves a lo lejos bajo las sombras de duda y soledad, lo escuchas muy dentro de tus oídos a pesar de ser solo el pulso de la arteria facial, escuchas cosas que deseas no escuchar pero es inútil taparte los oídos porque esos ruidos vienen de tu interior.

Siempre escuche montones de historias, mitos y leyendas que se dejaban venir cada noche que nos reuníamos, en esta ocasión aprovechamos que habíamos ido a un concurso, nos dejarían estar todos en una habitación, claro a nuestra edad aprovechamos la credencial de un amigo y el ¨six¨ apareció para alegrar el día, todo empezó en risas y juegos hasta que la noche se dispuso para contar historias de miedo, por la ventana no se veía luz alguna así que apagamos las luces y encendimos la típica lamparita para hacer caras de miedo.



Transcurrío media hora entre relato y relato cuando empezó a llover y tronar en los cielos, la luna se encontraba muy grande o al menos ese era el efecto óptico. Algunos siempre fueron escepticos siempre diciendo que las historias eran de broma pero otros aunque lo dijeran en sus adentros ya oraban por sus almas. Pronto fue mi turno de contar una historia, la verdad yo no me sabía ninguna hasta que me puse a improvisar alentado por mis amigos, pronto empecé contando esta historia:

^ Durante la noche ustedes alguna vez han escuchado ruidos de pasos, ¿nunca se han preguntado por el ruido que se escucha de unas uñas en las paredes? veo que algunos de ustedes no lo han escuchado pero en las noches en cualquier casa es posible escuchar el sonido de unas uñas deslizándose por las paredes, esta historia tiene origen en los años ochenta en México, una mujer llamada Lupe fue contratada en una casa para cuidar niños, la mujer tenía experiencia de años ya que su placer siempre fue cuidar a los menores que ella, así pues su experiencia y confiabilidad la hacían perfecta para el trabajo, todo transcurría normal durante el día, ella cuidaba a los niños y se iba, lo más raro era lo que en ella se veía sus uñas siempre estaban descuidadas amarillas y agrietadas y sus brazos estaban llenos de arañazos pero eso solo se le veía en ocasiones ya que ella solía usar guantes y mangas largas, ella se comportaba normal ¿por qué o cómo es que ella tenía esos extraños detalles?, pues sucedió una noche que se ofreció a los padres salir a una fiesta en las arenas, la dejaron a ella sola con los niños, y la verdad es que no eran tan niños, apenas una joven de 14 años y un niño de 10, entonces la niñera empezó a comportarse raro, la niña estaba en su cuarto escuchando música cuando escucho una explosión en la cocina, bajó y la cocina se estaba incendiando debido a que alguien había prendido algo de aluminio en el microondas, entonces ella dentro de su pánico fue a traer agua con una cubeta y desconecto del microondas, subío con su hermano y su hermano no se encontraba, duro un tiempo gritándole y búscandolo, hasta que escuchó unos extraños ruidos en las paredes, rapidamente se encerró en su cuarto y empezó a oír unas uñas deslizándose por su puerta, rasgando con insistencia hasta que cesó, aprovecho que no vió sombra sobre la puerta y bajo a buscar en el cuarto viejo si por casualidad su hermano se hubiese escondido ahí, su sorpresa estallaría al ver a su hermano colgado por sus miembros y rajado con arañazos en el abdomen, ¨es como si lo hubiesen desgarrado¨ comentaría despues al policía, la niñera nunca volvío a aparecerse, pero varios sucesos como esos se siguen dando aisladamente dentro de los pueblos y en cada estado, dicen algunas personas que asecha a los niños y a cualquiera que atrape lo desgarra, incluso han encontrado a veces solo los cuerpos desmembrados puestos en los rincones más oscuros del hogar.^


El silencio perduro algunos minutos hasta que todo un grito se generalizo cuando uno de nuestros compañeros regresará con más cerveza y golpeara la puerta para que le abrieramos.

Yo soy muy crédulo, creó en muchas cosas y entre ellas prefiero creer en los cuentos de niños que las historias verídicas, lo que si sé es que durante la noche espero estar lo suficientemente dormido para nunca escuchar unas uñas deslizarse por mi puerta...


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