Destinatario

Estas son sólo notas de olvido, recibos injustificados, cartas de silencio y telegramas melancólicos que una mujer de vena negra escribió.

sábado, 8 de octubre de 2011

Aunque el destino me regrese


12:16 am: Colgué el teléfono, me preocupa lo que has dicho, me levanto pensando en cerrar el portátil pero algo me dice que te veré, que nada de lo que has dicho es en serio, me siento de nuevo, siento que mis ojos ya no ven, las imágenes se hacen turbias, y siento el devenir de esas sombras amorfas que me han seguido desde siempre cuando más nerviosa he estado. Siento el sueño pero no quiero rendirme.


1:50 am: El sueño se me ha colgado de nuevo y mi cuerpo aunque lo obligue no puede dejar de cabecear, ya no tiene caso seguir esperando frente al ordenador.

2:42 am: Estoy preocupada, a pesar de la pesadez del sueño mi preocupación me impide hacerlo más pesado para dormir, las cobijas ya me han abrazado, el frío pasa recorriéndolas por el leve aire que se filtra desde mi ventana, en plena cortina abierta vislumbro inmutada la luna, indiferente a mis anhelos.

- ¿Qué estarás haciendo?- Me repito como si de repente pudiese timbrar mi teléfono con un mensaje tuyo. Nada sucede.

3:15 am: Ya me ha pasado la pesadez, la ansiedad me ha carcomido los ojos, me levanto al baño y me miro en el espejo como si aquella detrás pudiera decirme que está pasando, como si con verla a los ojos redujera mi locura a la mitad y multiplicara las respuestas en estas córneas.

3:20 am: Vibra el celular, una luz azul se proyecta hacia el techo iluminando apenas la solitaria habitación, debería contestar, no espero más y tomo el celular… suena tu voz a través del audífono, no deseo que nadie nos oiga.

3:40 am: Parloteas mucho, sin duda has bebido bastante, uno que otro lloriqueo y reclamo. Pero eso no quita la angustia que se sumerge en la boca de mi estómago y la cierra como si no me permitiera decirte más.

4:35 am: En el hospital no me supieron decir nada, estuve preguntando con las enfermeras por ti y nadie te conocía.

5:02 am: Por fin una enfermera se acercó a mí preguntándome si era familiar. Le dije que era tu novia, aunque no fuera cierto. Entro a la habitación y estás acostado con varios vendajes en tu cabeza. Me dijeron que chocaste en estado de ebriedad.

6:29 am: Has despertado, tienes sed y es normal, tanto medicamento te ha dejado sediento. Me acercó a la palangana que está a tu lado, sirvo un vaso de cristal, me ves y al mirarte reconozco esa mirada, los mismos ojos que me observaron desde la primera vez con un interés y una insistencia que te caracterizaban. Me siento mal a diferencia del pasado, esos ojos me pesaban más, en ese momento hiciste una seña para que me acercara.

6:30 am: Me miras, alegre de que este aquí y depositas un beso en mi mejilla como si nunca te hubiese hecho ningún daño, no recuerdas nada, no piensas en todo lo que nos paso, ni en lo que fuiste o lo que fui.

- Te amo – Se escucha dulce y lento de tus labios. Al no poder decirte nada quiero pensar que puede esto empezar de nuevo pero reconozco que no sucederá.

- No… lo siento, necesito irme.

- ¿Qué sucede?

6:35 am: Sin decirle nada me he ido, como sea aunque el destino me de oportunidades de empezar de nuevo, desde donde todo parecía estar bien, parece ser que por donde lo vea, terminaremos igual.

6:46 am: En el cáfe me recuperó de la desvelada de anoche y puede que llene mi soledad que se ha llenado tanto de tu ausencia y se seguirá llenando porque el vacío es un agujero muy negro y profundo.. Quizas pueda saber exactamente que pase conmigo y con mi vida, pero es cierto que siempre me preguntaré que será de ti ya que aunque el destino me de varias vueltas por tus rumbos lo cierto es que no regresaré.
Pero es que recordar devuelve latidos en rincones muy escondidos y olvidar... bueno olvidar no es compatible con vivir.

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