Destinatario

Estas son sólo notas de olvido, recibos injustificados, cartas de silencio y telegramas melancólicos que una mujer de vena negra escribió.

jueves, 13 de octubre de 2011

Te irías


Como quien ha embadurnado la droga opiosa,
la oscuridad en las penumbras quebranta en locura
y la llena de sombras informes y borrosas.

Como decidiste, destemplado, a tu vida juntarme,
cubrirme hasta que poco a poco me asfixiaba
y después de eso sentir tu vacío al besarme.

¿Por qué sujetarse tan fuertemente a la mano
y después soltarla en el abismo del dolor?
¿Te irías como viento escurridizo de desencanto?.

Así pasarías veloz entre las veladoras
ligero y fácil entre las esperanzas perdidas,
y tan callado como las frases cortas.

Te convertiste en una mirada cansada y furtiva,
mi vida se llenó de miedos en zozobra
y frenéticamente esperé a que llegará el día.

Una vez que amaneciera todos mis delirios se irían
diluyendo como los besos de tu boca
y al poco tiempo, mis labios ya no te recordarían.

Pero resulta que cuando la noche se esfumó,
y el día clareaba inmensamente sobre mí,
me dí cuenta, que tu recuerdo nunca borró.



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