Destinatario

Estas son sólo notas de olvido, recibos injustificados, cartas de silencio y telegramas melancólicos que una mujer de vena negra escribió.

domingo, 31 de octubre de 2010

Excusas


Ella estaba sentada en el sillón de la sala, enredada en una gran cobija, a través de la ventana observaba un día gris, ni el viento rellenaba las rendijas de su puerta de madera; frente a ella se encontraba una mesita de mármol beige, y dos simpáticos floreros con lirios y claveles, posterior a ella dos cuadros de Salvador Dalí colgaban a la par. Era un absoluto silencio. Pronto cerro la pantalla de su portátil, y se sintió totalmente caer dentro de sí misma, una nueva desilusión, la foto de dos personas besándose, el recuerdo de dos personas abrazándose, la mentira de dos personas queriéndose. Le pudo en el alma creer siempre todo lo que lee, lo que escucha, lo que ve. Por un momento mantuvo su mirada abajo, sabía que nada estaba bien.
Él la había estado observando desde que dijera que iba a ver quien le había comentado, sabía que ella encontraría esa foto.
Ella vio que se volteó, mantenía su mirada fija hacia él, para atraparlo a partir de ahí; deslizo la cobija al piso, sus pies descalzos tocaron el helado piso, los vellos finos de su piel se erizaban. Entonces el volteó y en baja voz dijo:

-¿Tienes frío?

La abrazo, se envolvió la cobija junto con ella, la rodeo con sus brazos y acerco su cabeza a su pecho.
Ella mantenía una mirada fría de desilusión, entonces al voltear a verla, la beso, la abrazaba más fuerte y más fuerte la acariciaba. Quería verla sonreír, pero ella no sonreía solo miraba, se recostaron en el suelo encima de la cobija, y la besaba más, ella se dejaba llevar, entonces también comenzó a besarlo, lo tomaba del cabello y suavemente colocaba sus labios en su boca, en sus ojos, en su cuello, finalmente lo mordió.
Juntos se fusionaron, la casa dejo de ser un silencio, por un instante dos almas dejaron de estar solas.
Despertó ella abriendo sus hermosos ojos, él la miraba desde antes que ella despertara, acerco su mano a la horquilla esternal de su cuello, subió sus dedos tocando sus labios, deslizándola por su pelo.

-¿Tienes calor?

2 comentarios:

  1. hehehehe klaroo una pregunta ke puede pasar eghehe sta mui padre buena trama y un final inesperadoo pues epere mas hehe al 100

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