Destinatario

Estas son sólo notas de olvido, recibos injustificados, cartas de silencio y telegramas melancólicos que una mujer de vena negra escribió.

martes, 26 de octubre de 2010

Mi Calaverita

La Catrina, El Poeta y La Musa:




Estaban la flaca de la mano amarilla en el bolsillo,
Sentada en el panteón haciendo del amor un chascarrillo
-Pero mira poeta que enamorarte de la musa ha sido tu peor delirio,
Porque ni se queda, ni se esfuma la de marzo y flores de lirio.




- ¿De qué te ríes mi catrina?, que al menos de eso me inspiro.
- ¡De tu mala elección para siempre amar sin respiro!
Interviene ya enojada La Musa que del sueño volvía
- ¡Mira que de burlarte así, fueron las trampas de la vida!




- Yo como de lujos me jacto y siempre tengo la razón,
A la hora que me los lleve no tendré ningún tropezón,
A ti Poeta por querer seguir viviendo del papel y de libretas,
Y a ti Musa para acabar la inspiración del genio analcoreta.




- Pues ni me voy, ni me llevas calaca flaca desnutrida
Porque ni se acaba la inspiración, ni se muere nunca la flor;
Intentar llevar a la tumba a la rosa es una mala partida,
Porque esta ni se va ni se muere si no de amor.


El poeta gallardo interviene bravío, astuto para el debate,
- No nos llevas, que la vida ya nos trae prisa a ciegas,
¿Para qué llevarnos ahora?, pudiste haberlo hecho antes sin problema
Pero, sin duda, algo querías, querías que esto sucediera,




Para probar tu teoría sobre la efímera quimera de la vida,
La dualidad de los seres humanos en tinieblas,
Que un corazón no siente nunca, siempre se entierra
Pero, te has equivocado y ¿pretendes saldar deudas?




Si muero yo, al rato mataras a uno en Micenas,
En Argentina, en México o a una Musa Chilena,
Poco a poco acabas con los que te hacen honores Calavera,
Si nos mandas al sepulcro, ¿quién te escribirá estos poemas?




La parca no tuvo mas que irse con el satín de su vestido,
El muaré afrancesado, flaca españolada, se bebió su propio vino
Cabizbaja tenía, la disputa perdida desde un inicio,
Pues quién si no el poeta escribe, quien si no la musa inspira el camino.




Por eso la señora huesuda de un coraje se murió
No se salió con la suya, al menos aún no.

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